Buenos Aires, (EFE).- Un estudio de las academias de la lengua española que reproduce la prensa de Argentina revela que la omnipresencia del inglés en el idioma castellano no es más que un mito muy difundido.
El trabajo demostró que frente a los 90 mil vocablos del español sólo hay 130 anglicismos de uso permanente, una cifra que "en la totalidad de la lengua no es nada", dijo al diario "Clarín" el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia.
La investigación fue realizada por las 22 academias de la lengua española del mundo y forma parte del proceso de confección del Diccionario Panhispánico de Dudas, cuya versión digital será presentada durante el Congreso de la Lengua Española que se llevará a cabo en la ciudad argentina de Rosario en noviembre próximo.
Para detectar la presencia de voces extranjeras en el uso cotidiano del español se utilizó un sistema electrónico de lectura de diarios y libros que los expertos llamaron "búho", porque trabaja de noche.
Fueron analizados los quince periódicos principales de habla hispana.
Según Barcia, el mito se basa en que el inglés "tiene una frecuencia de uso tan intensa que da la impresión de que se está frente a una verdadera invasión", que efectivamente existe "en campos como la ciencia e Internet".
En la red informática "el inglés funciona como lengua internacional" y su presencia en los sitios web "es del 75 por ciento contra el 1.5 por ciento del español o del francés y el 0.7 del árabe", precisó.
Para los académicos, los anglicismos impresos en diarios y libros son representativos del habla "porque las palabras son corrientes y hay un conjunto de uso común en la lengua oral y escrita", manifestó.
"Software, por ejemplo, lo utilizan desde los medios hasta los técnicos y los chicos de la casa", dijo Barcia, quien justificó el hecho de que el seguimiento no se haya hecho también en la televisión y la radio.
"Si se dice 'crazy' (loco) por TV -explicó-, uno sólo se arma una imagen mental de la palabra. En cambio, cuando está impresa se asocia la pronunciación a la palabra y se la empieza a retener".
Del mapa hispanoamericano -a excepción de Puerto Rico y México, por razones geográficas, históricas y políticas de peso-, España y Argentina son los países con mayor presencia de anglicismos en la lengua.
Entre los de uso más frecuente en el idioma español están by-pass, block, broker, mailing, shopping, chat, password, copyright, rating, ombudsman, diskette, long-play, cd, smog, sparring, stablishment, gay, management, fast, food y garage.
Cuando el Diccionario Panhispánico de Dudas se publique en papel, lo que está previsto recién para marzo de 2005, tendrá incorporadas una serie de recomendaciones frente al uso de los anglicismos.
Los académicos se inclinan por aceptar las palabras que no tienen sinónimos (jazz, por ejemplo); para los que lo tienen, usarlos (copia de seguridad por back up), y adaptar la grafía original al sistema español (cáterin por catering).
Para Pedro Luis Barcia, "estos criterios demuestran que las academias no tienen frente al inglés una actitud de un casticismo ridículo", ya que, "como dijo Goethe, no hay buenas o malas influencias, sino buenas o malas naturalezas digestivas".