Gran sorpresa, qué conmoción. El retiro de la embajadora de México en La Habana y la petición para que los caribeños hicieran lo propio ocupa la noticia principal en estos momentos. Qué bien, los políticos tienen tema para debatir y para orientar a la nación sobre la postura del Estado mexicano ante el régimen de Fidel.
Caray, nuestra ideología está en entre dicho, grave problema. Pero nos hemos puesto a pensar: ¿alguna variación en las tasas de interés generales en México?¿Cae la Bolsa por nuestra tirantez con Cuba?¿El dólar se encarece por este hecho? La respuesta es más que evidente: No. Se podría creer que las preguntas las hace una persona acaudalada que todo el día vela por su fortuna, pero tampoco es el caso.
Los movimientos que pudiesen presentar las variables mencionadas en las preguntas afectan a todos. Es sencillo deducir que si sube el dólar, la inflación crece y si ésta crece, el nivel de vida baja automáticamente, no hay más. Las tasas de interés y el mercado bursátil inciden de verdad en la vida diaria de muchísimas personas al influir en la marcha global de la economía. Si los mercados se caen, viene una constricción del circulante y la caída en el dinamismo económico, con todas sus consecuencias.
Pareciera pues que mi postura estriba solamente en lo económico. Me queda claro también que “no sólo de pan vive el hombre”. Así que no es la intención decir que los cubanos sean enviados o vituperados por México y obedezcamos servilmente las órdenes de Bush que nos dice cómo votar. Lo que lamento es que no se tenga claro qué es lo que conviene a este país, no lo que le conviene a la clase política que lucha encarnizadamente por el poder, bueno por los beneficios que hay detrás de él. El PRD capitalino, -en el norte su presencia es marginal- resulta un gran ganador, ahí la lleva. Sus funcionarios corruptos y torpes (los “cacharon”) ya están en segundo plano. La notita de que Cuba deportaba a Ahumada porque encontraba en ese asunto tintes políticos nos hace olvidar el castigo que merece Bejarano y del tesorero prófugo Ponce, ni sus luces. Sin embargo, el comunicado de la cancillería cubana fortalece la tesis del complot, ¡qué casualidad!
Es proporcional el espacio que se le está dedicando a los hechos en Cuba, creo realmente que no. Con los cubanos definitivamente que existe afinidad. Latinos, católicos la mayoría, procedemos de los mismos colonizadores. En fin, pueblo amigo. También pueblo pobre, más el nuestro, pero sin la terrible desigualdad social.
Es tiempo ya que nuestra clase política, pero más los ciudadanos, exijamos mayor compromiso a nuestros gobernantes. Mayor ética y dejen de lado los intereses de partido por los intereses de México. Urgen las reformas, la fiscal es preponderante. Ni el Estado recauda lo que debiese, ni tampoco los ciudadanos pagamos parejo. Me permito agregar un comentario que desgraciadamente tiene mucho tiempo de vigencia y creo que desafortunadamente la seguirá teniendo: la Ley se aplica al que se deje. Mientras tanto, dejemos que el tema Cuba continúe ocupando los espacios principales, mientras nuestra competitividad sigue cayendo sostenidamente, ya pagaremos las consecuencias.
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