Hoy, los panistas son noticia, se ganan los titulares y no precisamente en los mejores términos.
A nivel nacional, la figura de Santiago Creel Miranda, el secretario de Gobernación, pero también el precandidato mejor posicionado en el PAN, según las encuestas, motiva toda clase de críticas de sus correligionarios -que también buscan enarbolar la bandera blanquiazul en los comicios de 2006- y se encuentra bajo el fuego cruzado de quienes le exigen se defina: o va con todo y en forma abierta por la candidatura, pero en igualdad de condiciones que el resto, o se dedica de tiempo completo a sus labores como el máximo responsable de la política interna.
Santiago Creel responde a sus detractores, entre los que se encuentran nada menos que Felipe Calderón Hinojosa y Carlos Medina Plascencia, con un juego de palabras que le permitirá cierto respiro un par de días –y evitar la tan temida definición- en donde ironiza que el llamado a una tregua por parte del presidente Fox es ignorado por ciertos sectores de su partido.
Lo cierto es que la sucesión adelantada sacude también al partido en el poder y el secretario de Gobernación tendrá (más temprano que tarde) que evaluar sus posibilidades y marcar lo que será su futuro político, más allá de ambigüedades.
Y a nivel local, otra sacudida: El Comité Ejecutivo Nacional propina un revés a la directiva estatal, al ratificar a todos y cada uno de los miembros del recientemente electo Comité Municipal en Torreón. Se abre la puerta a la reconciliación, si es que los grupos en pugna, ubicados como zermeñistas y garciavillistas, saben aprovechar la oportunidad, para limar asperezas en terrenos menos públicos.
Por lo pronto, hay fiesta en el Comité Municipal y Reyes Flores recibe toda clase de felicitaciones por parte de sus simpatizantes, mientras que en el Comité Directivo Estatal prefieren guardar silencio, seguramente para madurar lo que será su postura.
Efectivamente, los panistas son noticia, pero no en los mejores términos.
