Si en marzo le cortaron de tajo los dos brazos de su proyecto presidencial -el político y el financiero- cuando exhibieron la corrupción de René Bejarano y Gustavo Ponce, al ?Pejelagarto? le cortaron la cola.
Una maniobra perversa de la trinidad PRI-PAN-gobierno foxista, disfrazada de equidad federalista, asestó un duro golpe a Andrés Manuel López Obrador donde más le duele: los recursos de su administración. Al aprobar la reforma al 122 constitucional los diputados del PRI, PAN y los verdes -que son lo mismo que los otros pero más baratos-, continuaron la cacería que desde marzo pasado emprendieron en Los Pinos contra López Obrador.
Y sí, le complicaron todo al quitarle de golpe cuatro mil 200 millones de pesos; pero los diputados, que en teoría representan al pueblo, no pensaron que además de dañar las aspiraciones de Andrés Manuel, también golpeaban a millones de capitalinos que al final pagaremos por sus reyertas políticas, sea con nuevos impuestos o con menos calidad en los servicios públicos.
Quizás lo único positivo ayer en San Lázaro fue que en el PRD recuperaron la razón y cambiaron la violencia por argumentos que tampoco les valieron. El golpe está dado y aunque falta que el Senado y la mayoría de Congresos locales consumen la reforma, a López Obrador y al PRD no les queda más que tomar las placas de la mayoría que los arrolló.
Porque según dicen los juristas, una controversia constitucional, como planteaban voces del PRD, no prosperaría en este caso. La Suprema Corte de Justicia tiene una jurisprudencia en el caso de reformas constitucionales: una vez que son aprobadas por las dos Cámaras federales y por los Congresos locales se consideran ?de plena vigencia? y la Corte no tiene facultades para modificar lo aprobado por el ? órgano reformador?.
Con esa tesis los ministros rechazaron hace más de un año las controversias contra la Ley de Derechos y Cultura Indígenas. En aquel caso había más de 350 recursos de inconstitucionalidad interpuestos por municipios y Gobiernos estatales y la Corte determinó que tenía que allanarse a lo decidido por el ? órgano reformador? de la Constitución porque las reformas eran de plena vigencia.
Los perredistas buscarán cabildear con los senadores, pero el tamaño de los intereses que esconde la alianza PRI-PAN hace muy difícil que dos zorros como Diego Fernández y Enrique Jackson frenen la reforma. Y en los Congresos locales el perredismo no tiene nada qué hacer porque salvo en Baja California Sur, Zacatecas y el DF, donde tiene mayorías parlamentarias, en los 29 Congresos restantes la presencia del PRD es marginal.
Hasta ahora no han podido parar al ?Pejelagarto?, que aun sin sus brazos político y financiero ha seguido punteando en las encuestas. Ya le cortaron también la cola y le reducirán recursos federales. Falta ver si se atreven a cortarle la cabeza con el desafuero.
Notas indiscretas...
Muy caros le pueden salir al Presidente sus dislates verbales. Fox no aprende y a la lista de asuntos, proyectos y reformas que se le han caído por su lengua imprudente, puede sumar ahora una sanción penal o electoral por afirmar a los panistas que ganarán Veracruz cuando el Tribunal Electoral federal todavía no falla sobre esa elección.
La otra baladronada que le puede costar a Fox es su provocación de haber ido a Morelos a dar un espaldarazo al gobernador Sergio Estrada justo un día después de que el Congreso local votaba su destitución.
¿Y si el amparo provisional de Estrada no se vuelve definitivo?...
El Senado pospuso para la próxima semana la votación para designar al nuevo ministro de la Suprema Corte. Dicen que Diego Fernández le pidió al PRI que aceptara pasar el tema al 25 ó 26 de octubre con el argumento de que bajara el clima de confrontación política. Pero en realidad, dicen otros, lo que Diego buscaba era ganar tiempo porque se dio cuenta de que su candidato, Sergio Vals Hernández, se quedó muy atrás con respecto a los cabildeos y votos que estaban logrando los otros dos prospectos, Felipe Borrego y Bernardo Sepúlveda.
Como sea, sólo queda una semana para que se defina el nombre del ministro que puede equilibrar el juego de fuerzas de la Corte... Se lanzan los dados. Amenaza Serpiente.