Durango

El PRI está fracturado

Con la mirada al suelo y el rostro desencajado, Adrián Valles Martínez caminó apresurado por los empujones a través de un pasillo que lo condujo hasta la salida de su propia trinchera. Entre campesinos y taxistas que le vociferaban casi al oído, el líder priista agilizó el paso, pero sin poder creer lo que veía. Activistas de la CNC y del Sindicato de la Alianza habían tomado ya el control del Comité Directivo Estatal del PRI.

Los manifestantes, encabezados por José Manuel Díaz Medina y Raúl Medina Samaniego, obligaron a Valles Martínez a abandonar su propia oficina. Así fue su forzada salida de la sede del PRI Estatal.

A las 10:20 de la mañana, Gabriel Arce Rodríguez sería el primer precandidato a diputado que se registraría ante la Comisión Estatal de Procesos Internos. Sin embargo, también fue el único de los aspirantes al que le tocó presenciar cómo el arribo intempestivo de cenecistas y choferes causaba extrañeza y desconcierto entre la propia dirigencia tricolor. Tampoco Gabriel Arce lograba acomodar sus ideas al ver lo que estaba sucediendo.

A partir de entonces, ya expuesta la advertencia de los manifestantes en el sentido de que el inmueble sería suyo por la buena o por la mala, cada espacio dentro del PRI Estatal fue copado en cuestión de minutos por un grupo de aproximadamente 250 ó 300 personas, entre militantes de la Liga de Comunidades Agrarias de Durango (CNC) y miembros del Sindicato de Choferes de la Alianza de Camioneros.

Después de imponer sus condiciones, y tras haber sacado por la fuerza a directivos, trabajadores y militantes de las oficinas del Comité Estatal, el grupo inconforme se mantuvo unos minutos intacto. No obstante, de pronto ya eran menos los participantes que permanecían en el inmueble: la segunda fase de la movilización se estaba poniendo en marcha.

¡YA LO TENEMOS!

Alrededor de las 11:00 horas, en el PRI Estatal se escuchó el reporte que por radio alguien envió a los cabecillas de la movilización, todavía ubicados éstos en el edificio priista de bulevar Domingo Arrieta: ?¡¡Ya tenemos también el Comité Directivo Municipal!!?, informaron.

Con el objetivo de apoderarse de la sede alterna que ante tal situación había sido habilitada por la Comisión de Procesos Internos para el registro de precandidatos, cerca de 90 hombres se apersonaron en las oficinas municipales del PRI de Durango, ubicadas en calle Aquiles Serdán, muy cerca del jardín Vizcaya.

Apenas habían alcanzado a registrarse los aspirantes propuestos por el sector obrero de la CTM, Arturo Yáñez Cuéllar, José Ramírez Guzmán y Salvador Calderón, cuando empezaron a llegar los camiones y los microbuses donde se movilizó a la gente que recibía instrucciones de Díaz Medina y de Medina Samaniego. Sergio Uribe fue el último que alcanzó a presentar su documentación.

Escenas de rispidez se registraron desde un principio en el arroyo de la calle Aquiles Serdán. Pero los ánimos se caldearían aún más en cuestión de segundos. Ante el arribo de campesinos y taxistas dirigidos en ese momento por Donaciano Guevara, algunos funcionarios priistas y otros tantos colaboradores de los equipos de campaña de los precandidatos intentaron oponer resistencia a la toma del edificio.

Al final, el esfuerzo que derivó en intercambio de golpes, empujones y gritos fue inútil. Los manifestantes impusieron sus condiciones también en ese sitio.

URGENTE REUNIÓN

Cuando las manifestaciones de protesta apenas se hacían notar en la sede del PRI Estatal, paralelamente, en el restaurante de conocido hotel de la ciudad de Durango desayunaba con toda calma Ismael Hernández Déras, acompañado de Adrián Alanís Quiñones.

Seguramente el abanderado tricolor a la gubernatura del estado -y líder moral del grupo político que dirige el PRI en Durango- desconocía la beligerante situación que se estaba presentando en las oficinas del CDE de su partido. Sin embargo, no tardó mucho en reaccionar.

Las camionetas y los autos de recientes modelos fueron llegando uno a uno a la lujosa residencia ubicada en el fraccionamiento Real del Mezquital. Los vecinos no entendían de qué se trataba la repentina reunión social en ese sitio.

Pero los cercanos a Ismael Hernández sabían que el candidato a gobernador llamó a una reunión urgente al grupo más compacto de sus colaboradores, tras enterarse de la magnitud del problema que estaban protagonizando José Manuel Díaz Medina y Raúl Medina Samaniego.

El riesgo de que proliferara el cierre de oficinas en los Comités Directivos Municipales del partido era real. Al menos así lo advirtió el propio Díaz Medina, luego de sostener una reunión de casi media hora, en la que dio instrucciones a los líderes municipales de la central campesina CNC para que tomaran las acciones de protesta en sus propias municipalidades.

SILLA PRESTADA

El objetivo era permanecer con una presión simultánea en todo el estado. Eso discutía el líder cenecista con su gente aproximadamente a las 11 de la mañana, casi una hora después de tomar el Comité Directivo Estatal. De hecho, el encuentro tuvo lugar en la sala de reuniones de la Presidencia. Y la oficina de Adrián Valles servía mientras tanto como sala de espera.

El humilde campesino Guillermo Solís Alvarado, un acabado hombre de 50 años de edad que es habitante del municipio de Nuevo Ideal, fue uno de los que quisieron saber qué se sentía estar en la silla de la Presidencia del Comité Directivo del PRI. A él, como a muchos otros, lo invitó a la protesta un hermano de José Manuel Díaz Medina, y tuvo que dejar las labores del campo para poder cumplir con sus obligaciones como cenecista.

Minutos antes de las 10 de la mañana, la tranquilidad y la confianza por el arranque del registro de precandidatos eran aspectos visibles en Jesús Gutiérrez Vargas, presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos.

Pero su carácter y su actitud, regularmente apacibles ambos aspectos de su personalidad, cambiaron en forma radical en el momento en que lo querían sacar a empujones del Comité Estatal del PRI. Gutiérrez Vargas claramente se había percatado que quien lo aventaba en afán burlón era uno de los líderes del Frente Ciudadano Valle del Guadiana.

La convocatoria para la elección de candidatos a diputados locales dentro del proceso interno del PRI indicaba que ayer sería el único día para el registro de candidaturas, con un horario de las 10 a las 18 horas. En ese sentido la postura del partido fue respecto de avalar los registros logrados en sedes alternas a la del Comité Estatal, y cumplir en tiempo y forma con esa parte de la convocatoria, que es el registro de aspirantes.

Pero, por otro lado, el Código Estatal Electoral contemplaba hasta ayer la fecha límite para el registro de coaliciones partidistas ante el Instituto Estatal Electoral, para las elecciones distritales y municipales.

Por ello, el riesgo con la movilización CNC-Alianza era ante la posible coalición del PRI con el Partido Duranguense; y para que se formalizara tal pretensión era necesario que sesionara el Consejo Político Estatal del tricolor, a fin de que autorizara si habría o no algún tipo de alianza con el PD.

Sin mucho éxito, todavía al mediodía Adrián Valles Martínez quiso reunirse con José Manuel Díaz Medina en las instalaciones de la CNC Estatal; pero, para entonces, las críticas contra el líder priista de la entidad pesaban más que las emitidas contra el dirigente campesino.

Cuando empezó la movilización de campesinos y taxistas en el PRI Estatal, las pálidas facciones de Adrián Valles decían todo y nada a la vez. Siendo el líder de ese partido político en la entidad, para ?El Profe? no era fácil asimilar lo que estaba ocurriendo: lo echaron de su propia casa por la fuerza, incluso, con empujones de por medio, al igual que al resto de sus colaboradores.

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