EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El progreso

Enrique Irazoqui Morales

Gran revuelo han causado las reparaciones de las que está siendo objeto el Distribuidor Vial Revolución, obra de gran envergadura del Gobierno del priista Enrique Martínez y Martínez en la Comarca Lagunera de Coahuila.

Es estos días la polémica ha llegado a su cenit luego de la conferencia o informe que rindiera el Secretario de Obras Públicas y Urbanismo del Estado, Jorge Viesca Martínez el pasado miércoles en esta ciudad respecto a las reparaciones que se aplican al estético paso elevado.

Vamos por partes. La obra fue inaugurada el 30 de enero del presente, y no pasaron diez días cuando el siete de febrero el primer accidente cobraba la vida de una persona. El primero de los dos tráileres cayó de uno de los cuatro puentes. Desde ese momento y luego de la caída del segundo carguero, el jueves 13 de mayo, las especulaciones de que algo andaba irregular en el desempeño del distribuidor estaba ocurriendo, subían de tono.

A partir de ese momento, el Gobierno del Estado, que había pagado la mitad de la obra y se había encargado de la ejecución del la misma, tomó una postura de total hermetismo. Viesca aprovechando que en su tierra la sociedad aún no presiona lo suficiente como para impedirle actuar en sigilo optó por esa vía y descalifico a todo aquel que se atreviese a cuestionar el tema.

Vinieron la instalación de las estructuras metálicas y los operativos de vigilancia para supervisar que nadie entrara a más de 50 kilómetros por hora. Para entonces las evasivas y primeras acusaciones de campaña de manipulación y confusión seguían aumentando al tiempo que los trabajos de reparación continuaban.

El clímax llegó esta semana: un trabajo periodístico de la reportera Yolanda Ríos de El Siglo de Torreón señala errores en la construcción del DVR, o sea, la materialización del proyecto no era tal cual lo indicaban los planos. Nadie decía que la solidez de los puentes estuviese en entredicho, la cuestión estaba propiamente en que los ángulos de los peraltes no coincidían con los planeados, por lo que no era seguro tomar las curvas a las velocidades estimadas, de ahí las caídas de los camiones.

Sin embargo, la función estelar fue anteayer, en una esquina -por supuesto, todo en sentido figurado- el funcionario estrella e infalible Jorge Viesca Martínez, acompañado por un grupo de empresarios positivos todos y sanos, apadrinados por el Alcalde que en la mañana asume una postura y en las tarde otra, y al día siguiente otra. Y en la otra, la reportera en campaña de desprestigio y un segundo grupo de empresarios que desean que Torreón se estanque.

En ese sentido, el secretario Viesca manejó la reunión. Si bien es cierto, en un acto cargado de sentimentalismo leyó un discurso denominado “Mi postura” donde el ciudadano Jorge Viesca manifestaba su opinión personalísima del tema, en donde señalaba entre otras cosas que una periodista (Yolanda Ríos) y El Siglo de Torreón, mantenían una campaña de desprestigio y que lo mejor para Torreón estaba por venir, era importante lograr la unión de todos los factores de la sociedad para lograr el progreso.

Bonito discurso del ciudadano, que en esa posición también se le pudo haber pedido su opinión a Juan de los Palotes. En ese momento, lo importante y trascendente era el informe del Secretario. Siguieron entonces las posturas polarizadas de los representantes de las diferentes cámaras empresariales, algunos apoyaban otros cuestionaban, concluyéndose en la necesidad de una tercería.

Lo irrefutable e incuestionable es que la reparaciones que se están realizando en el DVR significan que algo hay qué corregir. Que la negativa de entregar la bitácora es por algo, porque eso de que “no vayan a caer en manos de inexpertos o gente malintencionada” suena de párvulos por no decir otra cosa. Y que en la declaración que hoy publica El Siglo del gobernador Enrique Martínez, el primer mandatario evade entrarle al fondo del tema, pero también elude respaldar a su subordinado.

Lo irrefutable también es que la obra viene a contribuir al progreso de la ciudad, que el DVR es una obra magna y arquitectónicamente bella para el ciudadano común. Que lo trascendente es que la sociedad sepa encontrar los caminos para el bien común y las fallas que tuviera, se corrijan. Así de sencillo, estableciendo si las variaciones fueron error humano donde se finquen responsabilidades o si las mismas ocurrieron por fuerza mayor o hecho semejante, y una vez reparado, a otra cosa mariposa y para adelante. Pero eso de la campaña de desprestigio, dígaselo a quien le convenga creerle.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 101485

elsiglo.mx