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El proyecto

Sergio Sarmiento

“Es bien sabido que la ambición puede reptar tanto como volar”.

Edmund Burke

Distantes han quedado ya los tiempos en que Marta Sahagún de Fox afirmaba que su futuro político estaba atado al de Vicente y que cuando llegara el momento se retiraría con él al rancho. Hoy la esposa del Presidente afirma, como le hizo en la entrevista que le concedió a Joaquín López Dóriga el nueve de febrero para su programa en Radio Fórmula, que sí tiene en mente un proyecto político para 2006 y que no descarta una candidatura presidencial.

Marta, como ciudadana, tiene el derecho de aspirar a cualquier cargo. Si bien es verdad que su único intento por conseguir un puesto de elección, la presidencia municipal de Celaya, resultó en una acre derrota, no puede decirse que la esposa del Presidente carezca de experiencia política. Nadie puede desestimar el papel que esta mujer desempeñó en la difícil campaña que hizo de Fox el primer político de oposición en la historia nacional en ganar el poder de manera democrática y pacífica.

Marta pudo haber mantenido el lugar discreto pero influyente que ejerció en los tiempos de lucha y en el primer año de ejercicio del poder. Sin embargo, la ambición la ha rebasado. Y quizá sea lógico. De tiempo atrás la esposa del Presidente ha obtenido cifras de aprobación personal muy elevadas en las encuestas de opinión. En los últimos meses su popularidad nacional ha sido muy similar, incluso superior, a la del Presidente. Entre los posibles candidatos a la Presidencia en 2006, Marta se encuentra por el momento en segundo lugar, detrás únicamente del jefe de Gobierno de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador. Ante este despunte de popularidad en las encuestas, a dos años del inicio de la competencia formal por la Presidencia, la tentación del poder se vuelve inevitable. Un sinnúmero de personas que rodean a Marta le aconsejan constantemente hacer un esfuerzo por alcanzar la Presidencia. Es muy difícil desentenderse de esta presión, sobre todo cuando uno está convencido de que lo que uno hace es por el bien de los más necesitados.

Aun cuando la ley no prohíbe específicamente al cónyuge de un mandatario contender por el puesto que éste ocupa, el conflicto de interés es evidente. La reelección de gobernantes se prohíbe para evitar las ventajas indebidas que tiene quien ya ocupa un puesto para maniobrar al sistema político para favorecerse a sí mismo. En el caso de que un cónyuge, un hijo o un pariente muy cercano compita por ese mismo cargo, las ventajas son las mismas.

Marta se enfrentaría a dos posibles escenarios en caso de postularse a la Presidencia. En el primero, podría salvar todos los obstáculos y conseguir la nominación del PAN -o de algún otro partido- y más tarde triunfar en la elección constitucional. En ese caso estaría inaugurando la primera dinastía familiar en el Gobierno del país desde la caída del imperio azteca.

En el caso más probable de que Marta se quede en el camino, no obstante, su situación y la del Presidente serían delicadas. Marta se ha convertido ya en la esposa incómoda del régimen. Independientemente de las diferencias de los casos, su situación sería similar a la que tuvo Raúl Salinas de Gortari durante el sexenio de su hermano: se convertiría en el foco de todas las críticas y de todas las investigaciones.

La Primera Dama expresa una gran certidumbre sobre la corrección de sus conductas, como lo hizo en su momento Raúl Salinas. En esto muestra una ingenuidad que muchas veces comparte el propio Presidente. Como la pareja presidencial se concibe a sí misma como gente buena, gente de bien, gente que no viene del PRI o gente que actúa de buena fe, supone que todo lo que hace es correcto por definición. Pero la experiencia que ha tenido Marta en el escrutinio a las cuentas de la fundación Vamos México le demuestra que las cosas no son tan fáciles: que no es cuestión simplemente de tener buena voluntad.

Marta, por lo pronto, ya ha cometido un error crucial. Al reconocer que tiene un proyecto para la presidencia en 2006, ha dejado formalmente de ser la Primera Dama y ha quedado expuesta a ataques intensos reservados a rivales políticos que gozan de ventajas especiales. Es verdad que si los ataques son exagerados podrían fortalecer su popularidad. Pero si Marta va a tener éxito en sus ambiciones políticas, tendrá que aguantar cuestionamientos muy fuertes en el futuro.

Sucesiones familiares

La tentación de los “reformadores” para adoptar sucesiones monárquicas es enorme. Kim Il Sung en Corea del Norte le legó el poder a su hijo Kim Jong Il. El cubano Fidel Castro ha hecho de su hermano Raúl su sucesor designado. Ahora, al parecer, Vicente Fox busca prepararle el camino en México a su esposa Marta.

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