Segunda y última parte
Con una economía pendiendo de alfileres comenzó y terminó el año político 2003 un final de puñaladas traperas, entre divisiones y zafarranchos con pleitos corrientes y callejeros por el poder que se da en la monarquía partidista de la casta divina y, sólo ocasionó que el indicador político al mero estilo mexicano se convirtiera en una anarquía, con la cerrazón por parte de los grupos en el poder, simples gavillas de truhanes que amparados en unas siglas y la impunidad que otorgan los puestos poco o nada les importó el país; sin comentarios. Como un ritual ancestral para no variar y salirse de la regla, el H. Congreso de la Unión, la 59 legislatura, menoscabó el presupuesto, que fue postergado, sacado cual maltrecho tamal al vapor, como siempre sin destrabar los nudos ciegos, demostrando los legisladores y senadores que su obtuso cerebro no da para más, dejando pendientes Reformas Estructurales, como la Eléctrica, Energética, la Reforma del Estado y algo que por años no ha podido consolidarse: la Reforma Fiscal.
Al obrero le deja un año difícil con un paupérrimo incremento de $1.89 al salario mínimo decretado (aproximadamente 4.5%), mientras el gas doméstico, los carburantes y el fluido eléctrico, el transporte urbano, cerveza, cigarros, tortillas, colegiaturas, agua purificada, el cambio de láminas (placas) en algunos Estados, etc., con un aumento en el quicio de la puerta de millones de hogares como fantasmal espectro del año 2004. El IFE fue nombrado a la vieja usanza por los partidos mayoritarios (PRI y PAN), con sueldos y gastos excesivos, “la democracia es cara”, sin empacho declararon algunos diputados.
Guillermo Ortiz entre nubes de humo y dudas, Fox ganó una de las miles que perdió y propuso que fuera reelecto como presidente del Banco de México (Banxico) y además nombrado el funcionario del año dejando atrás a Francisco Gil Díaz y a Andrés López Obrador. Como empresario del año fue sin duda Carlos Slim, quien este año salió de compras y entre otras adquisiciones fue la JC Penny en México y decenas de inmuebles en el centro histórico de la Ciudad de México, lo que lo sitúa como el empresario más exitoso de América Latina dejando atrás a Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca), a Emilio Azcárraga (Televisa) y a Lorenzo Zambrano (Cemex).
Sin duda el político del año y por mucho fue Andrés M. López Obrador, dejando en segundo término al mismo Fox, a Martita. Los políticos más odiados fueron la dupla compuesta por Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, tampoco escapan a este efecto de antipatía E. Chuayffet, el jefe Diego, Manuel Bartlett, entre otros políticos. Un México changarrero convertido en tianguis, donde el pirataje se apoderó de calles, avenidas y callejones, con el comercio informal evadiendo la justicia, redadas y hasta la chusca complejidad fiscal que impone el obsoleto poder burocrático. La guadaña del desempleo campeó en el territorio cantando victoria y, en 2003 se perdieron millones de empleos y subempleos. La migración del campo hacia las ciudades y los USA sigue garante y no se ve por dónde se pueda frenar.
La droga al menudeo y el crimen organizado sí pagan, como ha quedado comprobado con el incremento de secuestros, robos, crímenes y fraudes, muchos de los actos son cometidos por los mismos cuerpos policíacos, el enemigo sigue en casa, como lo estuvo durante muchos años, cuando gobernaba el PRI. Las MUJERES asesinadas en Juárez sigue siendo una VERGÜENZA NACIONAL, más que cifras y un caso prioritario por resolver por parte de la inepta y prostituida justicia nacional.
Lo paradójico es que en México con millones de miserables y otros tantos millones de pobres, un país rapiñado, exprimido, vapuleado y, parece sin remedio alguno, no podemos evitar la sinvergüenzada que día a día cometen los funcionarios públicos desde rascuaches presidentes municipales hasta secretarios de Estado, diputados, senadores, pasando por gobernadores, con el sueldote que perciben y lo que a su albedrío se asignan, que la verdad sea dicha se necesita tener poca o nula vergüenza para cobrar.
En fin los recuentos de los daños son sólo pobres y exiguos remanentes siempre minimizados por el presidente Fox y sus bufones, en un escenario pobre y hundido en sentimientos de frustración e impotencia por el pueblo, que al último es quién paga, total si aguantamos más de 70 años con la bota tricolor en el cuello, el año 2004 será sin duda más fácil... ¿O qué, acaso no somos la raza de bronce?
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