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El reto de China

Sergio Sarmiento

“Si das pescado a un hombre hambriento, lo nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, lo nutrirás toda su vida”.

Lao Tse

DAVOS, Suiza.- Parece extraño, pero para México el tema más importante que se tocó en el Foro Económico Mundial de Davos fue el de China. Es cada vez más importante para los mexicanos entender por qué ese país está teniendo un crecimiento tan rápido, de 9.1 por ciento el año pasado, mientras que la economía mexicana permanece estancada. La pregunta es crucial para millones de mexicanos ya que nuestro país está perdiendo empleos formales mientras que China los está ganando por millones.

La primera razón de la diferencia entre China y México es la inversión. No tengo cifras disponibles de inversión nacional en cada uno de los dos países, pero en 2003 China recibió 55,000 millones de dólares en inversión extranjera mientras que México obtuvo apenas 12,000 millones. Otro factor importante es el ahorro. China registra una tasa de ahorro familiar equivalente al 100 por ciento del Producto Interno Bruto del país. México apenas genera ese tipo de ahorro.

El mexicano promedio tiene un ingreso seis veces mayor al chino, por lo que es incorrecto afirmar que el mexicano no ahorra porque gana poco. El ahorro es una cultura y no una forma de colocar los excedentes del ingreso.

China ha hecho un enorme esfuerzo por elevar sus niveles educativos, especialmente donde más cuenta para la competitividad: en la ingeniería. Según Ulrich Schumacher, presidente de Infineon Technologies AG, el nivel de ingeniería en Shanghai es ya comparable al de Alemania. Pero además en China se trabaja más barato y más rápido. William Parrett, director general de Deloitte Touche Tohmatsu, señala que “China no sólo está mejorando en las manufacturas, sino también en ingeniería y en investigación y desarrollo.” El sistema educativo chino es de excelente calidad. Además, el Gobierno chino ha perdido el miedo a la internacionalización de sus estudiantes. “Actualmente hay más de 60,000 estudiantes chinos en Estados Unidos”, señala Donald Evans, secretario de Comercio de la Unión Americana.

China, por supuesto, ha hecho las Reformas Estructurales que se requieren para construir una economía más competitiva. El Gobierno no sólo ha adoptado una economía de mercado, sino que ha estado dispuesto a abrir sectores que en México se mantienen cerrados. China tiene inversión privada en electricidad, petróleo, refinación y petroquímica. En China se cuenta, además, con un crédito abundante y barato. Según Schumacher, de hecho, “en China se puede obtener dinero de los mismos bancos que no están prestando en Europa”. Hay muchos problemas en China, por supuesto.

El Gobierno quizá ya no sea propiamente comunista, pero sigue siendo autoritario. Si bien hay inversión privada en campos como la electricidad, la intervención gubernamental sigue siendo excesiva y está creando cuellos de botella. La falta de transparencia en la información económica, por otra parte, le añade un gran riesgo a la realización de inversiones.

El principal problema del país, sin embargo, se encuentra en la banca estatal. Ésta ha sido utilizada como instrumento de subsidio para algunos sectores de la economía y por lo tanto se encuentra en problemas serios. Se estima que la cartera vencida de la banca estatal china asciende a 30 ó 40 por ciento de su cartera total. Esto es una bomba de tiempo que puede descarrilar la economía en el futuro. Algunos sectores de la economía china no son todavía internacionalmente competitivos. Carlos Ghosn de Nissan señala que los autos chinos no se pueden exportar. Sin embargo, Nissan está produciendo vehículos en China para abastecer el mercado interno... y seguramente también para estar ahí cuando los autos chinos sean ya competitivos.

México no ha perdido de manera definitiva la batalla contra China. Nuestro país exportó un millón de automóviles en 2003. Por otra parte, el secretario de Economía de México, Fernando Canales Clariond, aprovechó Davos para anunciar que una empresa de fabricación de pantalones ha decidido regresar de China a México, si bien no quiso revelar ni el nombre ni el monto de la inversión. Pero si de verdad los mexicanos queremos acumular más victorias frente a los chinos, tendremos que hacer más competitiva nuestra economía. De lo contrario, deberemos acostumbrarnos a que las mejores inversiones y los mejores empleos se sigan yendo a China.

El futuro

Sin las Reformas Estructurales —Fiscal, de Eectricidad, de Petroquímica y Refinación y Laboral— México podrá crecer, si acaso, un cuatro por ciento al año. William Parrett de Deloitte estima, en cambio, que en el más conservador de los escenarios China crecerá al seis por ciento anual en los próximos diez años.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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