Cuento entre mis amistades, un buen número de personas que militan en las filas del Partido de la Revolución Democrática. A raíz de lo sucedido esta semana en San Lázaro deben estar que se les cae la cara de vergüenza.
Hace ya algunos años que en una asamblea nacional los militantes de ese partido tomaron la decisión de abandonar la vía de las protestas callejeras, la toma de oficinas públicas y los bloqueos por considerar que esas formas de manifestación les acarreaban más perjuicios que beneficios y sobre todo, porque causaban temor y desconfianza entre los electores libres.
Sin embargo, si bien es cierto que durante años, en términos generales, se mantuvieron en esa línea, los acontecimientos recientes mostraron de nueva cuenta ese rostro oculto que el partido del sol azteca quiso desterrar para mostrar otra cara a la ciudadanía.
Fue verdaderamente denigrante ver la forma en que los asambleístas, apoyados por la diputada Dolores Padierna, entraron al recinto de San Lázaro y se apoderaron de la tribuna con el fin de reventar la sesión en la que se daría primera lectura al dictamen de reformas al artículo 122 constitucional mediante la cual se pretende obligar al Gobierno del Distrito Federal a hacerse cargo de la nómina magisterial que a la fecha se reparte entre varias de las entidades federativas.
Los asambleístas violaron sin duda el recinto de la Cámara e ingresaron a él con engaños, lo que sería un asunto menor si no hubiera sido ilícitamente complementado con su irrupción en la sala de Plenos, pues la inviolabilidad del recinto parlamentario es oponible tanto a particulares como a autoridades.
Es interesante comentar que el artículo 61 constitucional que, en su segundo párrafo, contempla la obligación de presidente de cada Cámara de velar por el respeto al fuero constitucional de los legisladores y la inviolabilidad del recinto en donde éstos sesionan, se introdujo en este precepto apenas en 1977, pues no aparece en el texto original de la constitución del 17.
La violación cometida por los asambleístas del DF tendrá que ser sancionada, pues no se puede dejar pasar un hecho tan grave como el comentado. De no hacerlo así, ¿se imaginan lo que pasará cuando se trate el desafuero de René Bejarano o el de López Obrador?
De igual forma, fue grotesco ver a las diputadas perredistas asediando a la Mesa Directiva y en especial a Dolores Padierna sentarse olímpicamente en el lugar el presidente. Tan esto es así, que el propio coordinador de la fracción del PRD inició su rueda de prensa (al poco tiempo de estos hechos) ofreciendo una disculpa a la presidencia y a la Cámara por la actitud de Dolores, aunque minimizó el hecho.
No obstante ello, el propio coordinador de la bancada del PRD recurrió a un engaño para reventar la siguiente sesión, al solicitar el uso de la palabra a fin de posesionarse de la tribuna y luego ser respaldado por sus compañeros y diputados de partido, lo que seguramente a su juicio le permitirá decir que él accedió a la tribuna con autorización y por lo tanto no cometió ninguna violación. Y los demás diputados que lo flanqueaban sólo estaban acompañándolo, de manera que aunque impidieron que la sesión continuara, no se incurrió en ninguna violación legal, lo que es absurdo.
He tenido oportunidad de conversar en un par de ocasiones con Pablo Gómez, coordinador de los diputados perredistas y considero que es una persona inteligente. Pero me parece que su argumentación en defensa de las acciones realizadas por sus compañeros es falsa y él mismo se muestra intolerante al tratar de justificar lo injustificable.
Lo escuché en un programa de televisión y en la tribuna de la Cámara. Me pareció patético su comportamiento y entre todos los argumentos arrebatados que esgrimió, sólo uno tenía cierto sustento, pues consideró que como diputado estaba obligado a defender la hacienda pública del DF de la afectación que se intenta con la reforma en materia presupuestal.
Es verdad que no es conveniente aplicar un recorte de esa naturaleza de un día para otro, pues ello pondría en crisis financiera las arcas de la capital de la República. Pero también lo es que la vía de la ilegalidad no es la correcta para evitar ese recorte.
De hecho ni siquiera se ha iniciado realmente la discusión sobre ese tema, pues los actos de los asambleístas y los diputados del PRD la han impedido.
Pero además, todavía falta que pase por el Senado y por los Congresos locales. Y aún suponiendo que cursara con éxito esas instancias, se tendría el recurso de impugnar la inconstitucionalidad de la reforma, de manera que existen al alcance del Gobierno del DF varios medios para tratar de evitar su aplicación.
Por otra parte, es también cierto que las entidades federativas, sus Gobiernos y la ciudadanía que en ellas habita, ya están cansados de que a costa de los erarios estatales se apoye económicamente a los que viven en el Distrito Federal. Una parte significativa de los recursos que la federación recibe de los estados se destina para subsidios en la capital y eso irrita a mayoría del pueblo que habita en los estados.
Así lo han manifestado la mayoría de los gobernadores, salvo algunas voces aisladas, como la del de Tlaxcala Alfonso Sánchez Anaya, pues consideran que no es posible mantener esa forma de distribución de recursos en detrimento de los erarios estatales y en ello tienen toda la razón.
El PRD está mostrando su verdadero rostro ante el pueblo de México. Un rostro que aterra, pues si así se conducen como legisladores, violentando la Ley precisamente ellos que son sus hacedores, ¿qué no harán si llega uno de sus correligionarios a ocupar la Presidencia de la República?
Creo que con todo y la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, con estos actos el PRD selló su suerte en la sucesión de 2006. Porque la mayoría del pueblo de México ni piensa ni actúa como ellos se conducen y en ese sentido ¿quién votará por ellos para que gobiernen este país?
