Baltasar Garzón dijo que ningún país donde predomina el Estado de Derecho "puede tener el interés de retener" a un presunto delincuente que se intenta "ocultar" en otro país.
24 de septiembre 2004.
México, (EFE).- El juez Baltasar Garzón opinó hoy en México, donde se tramita la extradición a España de seis presuntos etarras, que este sistema de entrega de personas acusadas de delitos es "obsoleto" y ralentiza la aplicación de la justicia.
Durante una ponencia en el marco del VIII Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Doctores de Derecho, el magistrado de la Audiencia Nacional de España hizo una defensa de otros sistemas de cooperación judicial y policial, como la "orden de detención europea".
Una vez dictada la conferencia, en el turno de preguntas y respuestas, Garzón fue cuestionado sobre el proceso de extradición que él solicitó de cinco hombres y una mujer encarcelados desde hace más de un año en la capital mexicana por su presunta vinculación a la trama financiera de la banda terrorista vasca ETA en México.
"Respeto absolutamente lo que digan las autoridades judiciales de este país, pero (...) la extradición hoy en día no responde a lo que respondía cuando en el siglo XIX aparece como un elemento de representación del principio de soberanía de los países", dijo el magistrado, quien llegó a México el pasado miércoles.
Los supuestos colaboradores de ETA a la espera de ser extraditados son Juan Carlos Artola, Asier Arronategi, María Asunción Gorrotxategui, José María Urquijo, Ernesto Alberdi y Félix Salustiano, quienes fueron detenidos en México en julio de 2003.
En una "audiencia constitucional" fijada el 19 de octubre por un juez del Distrito Federal se analizará si son puestos a disposición de la justicia española.
Baltasar Garzón dijo que ningún país donde prime el Estado de Derecho "puede tener el interés de retener" a una persona que presuntamente ha delinquido y que se intenta "ocultar" en otro país para eludir la acción de la justicia.
En la Unión Europea, "con la orden de detención europea ya no puede intervenir el poder ejecutivo" para frenar la acción de la justicia, y la entrega de los criminales se ha acelerado de manera notoria, señaló.
El magistrado de la Audiencia Nacional es célebre por los procesos instruidos en relación con la represión política ocurrida en dictaduras latinoamericanas. En 1998 solicitó la extradición del ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973-1990) cuando éste se encontraba en Londres, ingresado en una clínica.
Aunque el juez inglés de primera instancia Ronald Bartlet dio luz verde a la extradición en octubre de 1999, el proceso fue frenado por el gobierno de Londres en marzo de 2000, cuando el entonces ministro de Exteriores, Jack Straw, denegó la entrega de Pinochet a la justicia española argumentando que su estado de salud no le permitía hacer frente a un proceso judicial en un país extranjero.
"Por ejemplo, si la orden de detención europea en lugar de estar en vigor en enero de 2004, lo hubiese estado en enero de 2000, Augusto Pinochet hubiera sido entregado a España", aseguró Garzón al señalar que la orden del juez británico hubiese sido respetada.
Baltasar Garzón, cuya ponencia se titulaba "Apuntes sobre una reforma necesaria", subrayó que la "extradición probablemente llegó a su fin y hay que inventar otros instrumentos" y que si antes era un mecanismo "ideal" hoy entorpece la acción judicial.
También hizo mención a distintos procedimientos para agilizar la cooperación judicial y policial y comparó las situaciones de México y España, país del que elogió la figura judicial de la "acción popular".
Este mecanismo permite que cualquier ciudadano pueda interponer una querella penal ante un juez instructor por un "delito público".
Garzón también afirmó que la respuesta contra los ataques terroristas, como los sufridos por los madrileños el pasado 11 de marzo pasado, debe producirse "en un marco estrictamente legal".
Criticó la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos y señaló que la situación en ese país es peor ahora por la existencia "de más de 30 organizaciones terroristas y un juego macabro de secuestros".
Además, calificó de "buena" la reciente intervención del presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ante la Asamblea General de la ONU en la que propuso crear una alianza de civilizaciones entre el mundo occidental y el musulmán.