Durango

El terror de la ansiedad

Hace un año, María Alcázar, de 26 años de edad, experimentó una oleada de terror, cuando se encontraba en el interior de su domicilio. Comenzó a sentir como si una fuerte inyección de adrenalina le hubiera sido suministrada en forma repentina. El entumecimiento de manos y pies, conjugado con fuertes dosis de ansiedad, se presentaron, junto con dificultad para respirar y con una fuerte opresión en el pecho, además de fuertes palpitaciones. ?Es como si alguien estuviera encima de mí?, describió.

María Alcázar, un caso de tantos trastornos de ansiedad que se plasman en el libro de ?Sinopsis de Psiquiatría? de Harold I. Kaplan y Benjamín J. Sadock, quienes tratan ?Ciencias de la conducta, psiquiatría clínica?, cuenta cómo poco a poco se fue afectando su vida, hasta el grado de sufrir ataques de pánico o crisis de angustia diarios.

Primero describió, a su corta edad, este incidente, pero a los cinco meses tuvo una segunda crisis de angustia, cuando pretendía llegar a su trabajo que desempeñaba como secretaria. Esta vez decidió acudir con el cardiólogo, ante la inminente sensación de que iba a morir durante esa crisis.

El médico le informó que tenía un trastorno de ansiedad, al verificar que no había nada anormal en su salud y en su sistema circulatorio o corazón.

Tres meses después se registró la tercera crisis; posteriormente se incrementaron en espacios de una semana en promedio y finalmente se presentaron diariamente. María Alcázar no se sentía a salvo en ningún lugar y siempre estaba preocupada por sufrir en cualquier momento y en cualquier lugar otro ataque de pánico. Llegó con un médico especialista después de dos meses de haber sufrido ataques de pánico diariamente.

La diferencia de la ansiedad normal de la patológica

Comúnmente a las personas nerviosas o muy ?preocuponas? se les cataloga como individuos que tienen este elemento como parte de su personalidad. Dora Chamorro Salinas, jefa del Departamento de Salud Mental de los Servicios de Salud de Durango, señaló que manifestar un episodio ansioso normal puede presentarse ante una situación amenazante, pero a diferencia de la ansiedad patológica, ésta se registra como una respuesta inapropiada (en intensidad y duración) a un estímulo dado, es decir, son anormales.

La ansiedad forma uno de los grupos más comunes de los trastornos psiquiátricos y al igual que otros desórdenes mentales, también son causados por factores biológicos (alteraciones en los neurotransmisores cerebrales, componentes genéticos, etcétera), así como por agentes psicológicos y sociales.

Chamorro Salinas explicó que entre dos y tres por ciento de la población mundial tiene un trastorno de ansiedad, aunque son más frecuentes en mujeres que en los hombres y generalmente comienzan en la segunda década de la vida y si no son diagnosticados a tiempo tienden a ser crónicos.

Abundó a su vez que los trastornos de ansiedad suelen presentar algunas características comunes, a pesar de su distinta clasificación, como palpitaciones, taquicardia, mareos, náuseas, inquietud, temblores, transpiración excesiva, hormigueo en las extremidades, malestar gástrico, diarrea, urgencia urinaria, etcétera.

Los principales trastornos de angustia más frecuentes son: la crisis de angustia que fue explicada con anterioridad o ataques de pánico, la fobia específica, la fobia social, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizado y el trastorno obsesivo compulsivo.

Según el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR), que describen Juan J. López-Ibor Aliño y Manuel Valdés Miyar, ambos españoles, también se suman a otros padecimientos de los trastornos de ansiedad la agorafobia (ansiedad que se presenta en lugares donde es difícil tener ayuda o escapar), el trastorno de angustia sin agorafobia, la agorafobia sin historia de trastorno de angustia, el trastorno por estrés agudo, el trastorno de ansiedad por enfermedad médica, el de ansiedad inducido por sustancias y el de ansiedad no especificado.

Dora Chamorro explicó que si los trastornos de pánico y los postraumáticos no son atendidos a tiempo, pueden causar el suicidio, ante los fuertes eventos que soporta la persona enferma. Por esto consideró que es necesario identificar a la ansiedad que es anormal para ser tratada en el momento adecuado.

Los tabúes y la resistencia del paciente

Los trastornos de ansiedad, sobre todo la generalizada, suele acompañar en el 80 por ciento de los casos a la depresión. También los trastornos de ansiedad pueden causar depresión o ser consecuencia de, ya que la presencia de un evento de ansiedad, como trastorno mental, puede afectar el comportamiento de una persona, causando la depresión. Esta última también catalogada dentro de los trastornos psiquiátricos, como un padecimiento distinto a la tristeza, pues no requiere un tratamiento, mientras que la depresión sí (cómo se publicó en El Siglo de Durango el 10 de enero del 2004).

Las personas que presentan un trastorno de ansiedad suelen ser resistentes en la aceptación de su enfermedad, lo que aleja su recuperación. Estos individuos pueden pasar quinquenios, décadas y hasta casi toda una vida antes de llegar con un psiquiatra o con un médico especialista, ya que temen que se les diagnostique un padecimiento mental. Temen ser señalados por la sociedad, porque es un tabú y es mal visto que existan enfermedades de este tipo, con lo que podría generarse una descalificación y hasta discriminación del individuo, lo cual es incorrecto.

El tratamiento médico que se requiere para la recuperación de un trastorno de ansiedad es básico. Suelen prescribirse antidepresivos y en los casos más severos pueden acompañarse de otros medicamentos que en forma conjunta buscan la recuperación del paciente.

Carlos Salas Martínez, médico psiquiatra y catedrático de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango, manifestó que este tipo de pacientes requiere un tratamiento farmacológico a causa de la baja eficiencia del procedimiento de la sinapsis, que es el intercambio de neurotransmisores.

La función eléctrica del cerebro

La sinapsis es el procedimiento de transmisión de información en forma eléctrica entre una neurona y otra. Entre las células cerebrales existe un espacio en el que se registra un intercambio de información por elementos llamados neurotransmisores. Todo el cerebro se comunica por pequeños impulsos de electricidad, explica el psiquiatra duranguense Carlos Salas Martínez.

Dentro de la sinapsis existe un mecanismo de recaptura de un neurotransmisor, que comúnmente es la serotonina. El antidepresivo no sustituye ningún elemento en el cerebro, sino que simplemente provoca que la serotonina trabaje más tiempo en el lugar donde tiene que hacerlo. De este modo este neurotransmisor se queda más tiempo en la otra neurona, para que mantenga un efecto más prolongado, de tal modo que el individuo pueda funcionar en la vida social.

Los tratamientos suelen variar en su intensidad, en el tipo de medicamento antidepresivo y si éstos deben ser apoyados con otros para obtener un mayor efecto, según el trastorno de ansiedad del que se trate.

Salas Martínez indicó que las neurociencias hoy en día explican la relación que tiene el cerebro con las emociones. Durante los últimos diez años las investigaciones en las neurociencias han tenido grandes descubrimientos y los avances tecnológicos y científicos han sido grandiosos para ayudar cada vez más a las personas que padecen de trastornos de ansiedad o psiquiátricos.

Afirmó que la prescripción médica a través de un profesional en una persona que padece de trastornos de ansiedad debe ser acompañada por un tratamiento psicológico o psicoterapia, para que los episodios de recaída sean más espaciados y el paciente esté más consciente de por qué recayó.

Salas Martínez dijo que los científicos han visto cómo los ambientes adecuados y funcionales pueden afectar en forma positiva al paciente, mientras que los hostiles no le favorecen.

La psicoterapia ayuda a la persona enferma a tener mayor conocimiento de sí mismo, se da cuenta de que en su infancia y en su pasado existieron experiencias y eventos que los llevaron a crear un ambiente con mucha ansiedad, o bien que la heredó de sus padres o que ha sido una carga genética que se dispara con experiencias específicas en su vida cotidiana.

Sin piel por miedo a contaminarse las manos

Vivir en una comunidad rural tiene sus desventajas y lo fue para Daniel Ramírez de 37 años de edad, quien debido a su tardía atención tuvo repercusiones en su salud, de quien relata su tratamiento la doctora Dora Chamorro Salinas, psiquiatra.

Daniel llegó al Instituto Nacional de Psiquiatría, cuando Dora Chamorro hacía su especialidad hace unos años. Este sujeto se mantenía con las manos frente a él, cuidándolas de que no fuera a ensuciarse, ya que temía que hubiera alguna contaminación. Llegó sin dermis o piel en las manos, debido a que se lavaba sus manos a cada momento, para supuestamente mantenerlas limpias.

El diagnóstico fue trastorno de ansiedad obsesivo compulsivo con síntomas de delirio. Su obsesión se concentraba en su miedo a contaminarse. Debido a esta idea lavaba sus manos continuamente (compulsión) al grado de usar detergente. Siempre andaba con sus manos al frente y hacia arriba, cuidándolas de que no fueran a ensuciarse.

En el caso de Daniel su tardío tratamiento provocó que fuera más difícil su recuperación, ya que la enfermedad avanzó; además, él no estaba consciente de que estaba enfermo, lo que también provoca resistencia a la misma.

Su tratamiento fue un inhibidor selector de recaptura de serotonina, se le administró otro medicamento para disminuir la ansiedad y debido a que estaba ?rayando? dentro de lo delirante, se le administró un neuroléptico para disminuir las ideas obsesivas. En unos meses se vieron resultados. Los trastornos obsesivos compulsivos son comunes por la contaminación de la que los pacientes piensan que pudieran ser víctimas; sin embargo, pueden mantenerse ideas obsesivas de cualquier tipo.

ALTERACIONES

Los trastornos de ansiedad más comunes

Los trastornos de ansiedad provocan alteraciones importantes en la vida del individuo que los padece y muy frecuentemente llegan a ser incapacitantes si no son tratados a tiempo.

· Crisis de angustia (ataques de pánico): se caracteriza por aparición brusca, recurrente de síntomas de aprensión, terror, acompañado de palpitaciones, sensación de asfixia, opresión en el pecho, despersonalización o desrealización, miedo a perder el control o ?volverse loco? y sensación de muerte inminente.

· Fobia específica: es un miedo irracional y desproporcionado a una situación dada (animales, oscuridad, altura, etcétera).

· Fobia social: miedo irracional a encontrarse ante situaciones sociales o hablar en público, por lo que la persona trata de evitar dichos eventos.

· Trastorno por estrés postraumático: surge como respuesta a un acontecimiento altamente traumático (secuestro, asalto, violación, etcétera). Las personas que lo sufren tienen recuerdos frecuentes del suceso con temor a que se repita, pesadillas, etcétera, acompañados de ansiedad importante.

· Trastorno de ansiedad generalizada: se caracteriza por la presencia de ansiedad y preocupaciones excesivas por acontecimientos que aún no suceden.

· Trastorno obsesivo compulsivo: las personas que lo padecen,tienen pensamientos recurrentes absurdos o imágenes (obsesiones) que no pueden evitar, lo cual provoca que realicen alguna actividad (compulsión) para neutralizar estos pensamientos.

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