| El Siglo de Durango
Independientemente de quiénes son los culpables del saqueo forestal, lo que debe preocupar ahora es que hay un daño al bosque con repercusiones negativas no solamente para los posesionarios, sino para los demás sectores que concurren a la cadena productiva, que requiere acciones contundentes de solución, además de generar el interés por cuidar, conservar y acrecentar el recurso maderable.
Con tal apreciación, los industriales forestales eluden responder al señalamiento directo que hizo el ex gobernador tradicional de Santa María de Ocotán y Xoconoxtle, Asiano de la Rosa Calleros, en el sentido de culpar a los empresarios de la tala ilegal e inmoderada del recurso forestal, y la consecuente veda que se impuso a la explotación de la materia prima boscosa.
Pero, además, Asiano de la Rosa dijo que los propietarios y posesionarios del bosque, que son los indígenas, son castigados con cárcel, pero también con hambre, como si fueran los culpables de la extracción irracional, mientras que a los verdaderos responsables no se les molestó.
Gerardo Peyro Andrade, director de la Asociación de Industriales Forestales, dijo que ya no se debe voltear la vista hacia el pasado y tratar de encontrar culpables, en lugar de que se tome conciencia de que, en los hechos, el verdadero problema que hay que enfrentar es el deterioro del bosque, y no solamente por lo que significa para la producción forestal, sino por el impacto que dejó en los propietarios y posesionarios, que sin el sustento económico que les generaba la extracción del recurso maderable, ahora sufren penurias para sobrevivir.
El hecho es que el bosque de Santa María de Ocotán está dañado por aprovechamientos ejecutados de manera incorrecta, y que la veda a la extracción es para recuperar el recurso del impacto negativo de una explotación irracional que impactó de manera negativa todo el ecosistema del bosque.
Y esto afecta a todos, incluso a los industriales, que cada vez tienen más problemas para obtener la materia prima, ya que incluso la estructura del bosque se ha reducido, al existir árboles con diámetros menores a los 40 centímetros, cuando antes superaban tales medidas.
Capital y trabajo 8-E
