SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Al verlo rapear, en Francia recuerdan a los surrealistas -André Breton y compañía- y a cierta parte de la poesía experimental de los años 70 y 80.
Los ingleses se asombran por ese ácido y divertido flujo verbal, semejante acaso a los brillos de los mejores de sus escritores humoristas.
En el sur del Bronx, la comunidad afroamericana lo recibe como a uno más de los "hermanos", pese a que es muy blanco y hasta parecería miembro activo de alguna organización neonazi.
Se le compara con Elvis Presley por moverse con agilidad en un género musical que se pensaría ajeno a los de "su raza".
En las tiendas, los pequeños se acercan con avidez a sus discos y no hacen caso del aviso impreso que advierte a los padres que dentro de las cajitas plásticas se manejan "contenidos explícitos"...
Eminem irrumpe en el escenario con su máscara de Jason y su sierra eléctrica, para violentar a la música y al lenguaje.
En septiembre del 2000, Eminem y cientos de semejantes irrumpieron en el Radio City Music Hall de Manhattan en una entrega de premios, y el espectáculo fue tan apabullante que llegó a provocar temor. En la empresa que convocaba a los premios se había estado discutiendo la pertinencia de programar los videos de Eminem, y se llegó incluso a prohibir uno de ellos. Sin embargo, el rapero terminó por imponerse, e ingresó por méritos propios al club de los diez más pedidos.
El fenómeno Eminem es una enfermedad nacida a finales del siglo XX, y de la que no se sabe aún cuál será su futuro. Luego de su disco debut, pasó con fortuna el trauma de la segunda grabación, logró un tercer salto venturoso que vino acompañado de pleitos legales con sus padres y su esposa, filmó una película que es casi una biografía -8 Mile, 2003-, y se asentó a repensar la vida, a cuidar de su hija Hailie Jade Scott, apoyar al rap y a prepararse a lo que viene.
Eminem no sólo ha mirado su vida en la música; también se ha vuelto un sagaz observador del entorno: su violencia verbal tiene la virtud de atender no sólo hacia afuera; su crítica es, sobre todo o además, autocrítica.
La cantante Madonna ha sido una de sus defensoras. En una carta abierta publicada en Los Angeles Times partió de una pregunta -¿desde cuándo el lenguaje ofensivo es motivo para no ser popular?-, para decir: "Encuentro más ofensivo el lenguaje de George W. Bush. Me gusta que Eminem esté molesto, que sea un descarado y políticamente incorrecto. Por lo menos tiene una opinión. Está removiendo las cosas, está haciendo que hierva la sangre de la gente, está reflejando lo que pasa en la sociedad justo ahora. Se supone que de esto se trata el arte. Y después de todo, es sólo un muchacho".
Como un género surgido de las clases bajas, los temas del rap son recurrentes: conseguir dinero, vivir mejor, ir a fiestas, tener relaciones sexuales.. Los temas son comunes porque las vidas así lo son. De los bajos mundos nacen estas historias de sobrevivientes.
Confiesa Eminem: "He pasado por mucha mie... Si me siento y lo pienso, está realmente de la chin... Quiero decir que toda mi vida ha estado de la chin...". Mas: "Si no hay drama y negatividad en mi vida y toda esa mie..., mis canciones serían muy estúpidas. Simplemente serían aburridas".
Algunos viejos raperos juzgan que a Eminem se le celebra no por ser bueno, sino por ser blanco; otros creen que vino a revolucionar al hip-hop y a demostrar que esas historias terribles se han universalizado en territorio americano y más allá, que ya no pertenecen sólo a los afroamericanos: con la economía, la miseria y el rap se globalizan. Las letras de Eminem vienen de abajo, de las nuevas raíces que nacieron a finales del siglo XX y de las que nacerá lo que viene.
Algunos datos
Su nombre de pila es Marshall Bruce Mathers III. Nació en Kansas City, pero fue criado en el Detroit más salvaje en una casa remolque por una madre que vivía entre tórridos amoríos con los hombres, el alcohol y la droga.
-Del Marshall y del Mathers sacó las dos "emes" de lo que en un principio fue M&M, pero optó por soltar la palabra y llamarse así, Eminem, para evitar demandas de la transnacional de los dulcecitos y porque su música es agria.
-De lo más profundo de su ser -retraído en el retrete, en pujanza creativa, según cuenta- cierto día nació Slim Shady, alter ego y acaso el lado más oscuro de sus lunares.
-Uno que es tres: el loco Slim Shady -de The Slim Shady LP, 1999-; el intenso Marshall Mathers -The Marshall Mathers LP, 2000- y el comprensivo Eminem -The Eminem Show, 2002-.
-Se le ha descrito como un animal hilador de versos, una compleja fusión de lo blanco y lo negro, una anomalía -no surgida de la anómala saga de Matrix sino de la pesadilla americana...
-El reportero de Rolling Stones@ Anthony Bozza, en el muy reciente libro Eminem: la biografía -Whatever You Say A Am: The Life and Times of Marshall Mathers, 2003; la edición mexicana es desencuadernable-, lo presenta como un nihilista irrespetuoso, que muestra odio por sí mismo, para el cual la idea de la destrucción es constante, que enfrenta en las calles agudos combates de rap y exhibe en sus letras patologías de familia pobre, esto aderezado con un sentido de comedia entre sutil y bufonesco.
FUENTE: SUN-AEE