Con motivo de la celebración del 10 de Mayo el arzobispo de Durango emitió un mensaje de fortaleza a las madres duranguenses y zacatecanas.
?En este su día, saludo afectuosamente y felicito de corazón a las madres durangueñas y zacatecanas de nuestra Arquidiócesis.
?Entre las cosas que Dios nos revela, nos dice que Él es amor y que nos ama entrañablemente, El amor con que Dios ama es un llamado de benevolencia, es decir, espontáneo, gratuito y desinteresado. Una gran prueba de este amor nos la ha dado Dios cuando nos amó siendo nosotros pecadores y enemigos; y la prueba mayor es que así nos entregó a su hijo, para rescatarnos en el árbol de la cruz.
?Los hombres estamos llamados a vivir en el amor, amor humano y amor cristiano; aunque, cuando decir amor frecuentemente lo hacemos con un amor llamado de concupiscencia, es decir con amor defectuoso, egoísta o interesado. Son las mujeres, las mamás, las que nos dan el testimonio mejor del amor de benevolencia.
?No ignoramos que la humanidad y en especial las mujeres, están expuestas a muchas opresiones y bajezas, pero aún así, las mujeres, mamás en su forma humana de amar, nos muestran las mejor manera de vivir esta vocación a la que estamos llamados en la vida presente y en la futura.
?Admirando y apreciando este testimonio que nos levanta hacia Dios, felicito a las mamás durangueñas y zacatecanas de nuestra Arquidiócesis, que la vivencia y el gozo de este día, las acerque más a Dios y que su testimonio siga evangelizando a sus familias?.
