EFE
BRASILIA, BRASIL.- La alcaldesa de Sao Paulo, Marta Suplicy, correligionaria del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su oponente José Serra están empatados en el primer lugar por la disputa de la jefatura del Ejecutivo municipal paulista, según una encuesta de intención de voto divulgada ayer.
El instituto “Datafolha” informó de que la candidata del Partido de los Trabajadores cuenta con el apoyo de un 35 por ciento del electorado, lo mismo que tiene el representante del Partido Social Demócrata Brasileño, derrotado por Lula en los comicios de 2002.
En comparación a otro sondeo del instituto divulgado hace ocho días, Suplicy mejoró en dos puntos porcentuales mientras Serra perdió esa misma cantidad, una información significativa en vísperas de la elección del tres de octubre próximo.
En esa fecha los brasileños elegirán en los cinco mil 650 municipios del país a sus respectivos concejales y alcaldes. Para estos últimos cargos sólo serán considerados vencedores en la primera vuelta los que obtengan el apoyo del 50 por ciento más uno del electorado.
En las ciudades en que sea necesario una segunda vuelta, los dos postulantes mejor colocados en la disputa tendrán que enfrentarse a una nueva elección el 31 de octubre.
En caso de ser necesario una nueva vuelta en Sao Paulo, Serra vencería con el respaldo de un 51 por ciento de los electores y Marta terminaría con los votos de un 41 por ciento, según el sondeo.
Cuestionan apoyo a candidata
Por otro lado, la justicia electoral de Sao Paulo reclamó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que se defienda de la acusación de que cometió un delito al haber pedido el voto para la actual alcaldesa paulista, Marta Suplicy, que busca la reelección, informó ayer la prensa.
Varios diarios brasileños informaron de que el juez José Joaquim dos Santos acató un pedido del procurador José Ricardo Vieira de Freitas para iniciar una investigación contra Lula y Suplicy, que pueden ser sancionados con multas en caso de confirmarse el delito.
Dos Santos dio a ambos un plazo de 48 horas, a partir de ayer, para que presenten sus defensas.
El sábado pasado, el gobernante viajó a Sao Paulo, valioso bastión político que el Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Lula, no quiere que salga de las manos de la alcaldesa, integrante de esa fuerza política socialista.
