ATENAS, GRECIA.- Mientras hoy comienza la cuenta regresiva de 200 días para los Juegos Olímpicos, la capital de Grecia se está vistiendo y limpiando para el gran evento deportivo, pero en el proceso también está irritando a sus cuatro millones de habitantes.
"¡Ir por Atenas ahora es masoquismo! La basura, el ruido de los taladros. ¿Cuándo van a terminar?", preguntó la oficinista Mary Likoudi en el centro de la ciudad.
"Vivo en un barrio junto al mar y me lleva el doble de tiempo llegar al centro de la ciudad con estas obras en la carretera", se quejó otro residente.
A su alrededor, los trabajadores se mezclan para continuar con los proyectos que van desde básicas reparaciones de carreteras y señalización hasta sofisticadas reformas urbanas que tratan de añadir nuevo impulso a la deteriorada metrópoli.
Los proyectos incluyen un nuevo sistema de tren subterráneo, 32 kilómetros de ferrocarril suburbano que además comunicará a Atenas con el nuevo aeropuerto y 24 kilómetros de un sistema de tranvía que unirá el centro de la ciudad con el mar.
Carreteras y aceras son removidas en las reparaciones y a veces olvidadas durante semanas, las calles abarrotadas por el tráfico se entremezclan con las nuevas zonas peatonales y las alambradas rodean a sucios edificios que están siendo remodelados por primera vez en décadas.
Atenas está pavimentando 160 kilómetros de carreteras, creando 60 kilómetros de pasos peatonales, plantando cientos de miles de árboles y flores para extender los espacios verdes que sólo ocupan una décima parte del área de la ciudad.
"¡Paciencia! Estos tres o cuatro meses serán un duro período, pero después de esto Atenas tendrá un aspecto completamente nuevo y sólo mejorará", dijo Theodoros Skylakakis, funcionario de la alcaldía de la capital griega.
"Los Juegos Olímpicos son una buena oportunidad para hacer cosas que deberían haberse hecho hace años. Ciertamente, a veces hay poca coordinación con otros servicios, pero todo estará terminado hasta el último detalle antes del verano", añadió.
A pesar de su confianza, el Comité Olímpico Internacional (COI), que una vez amenazó trasladar los Juegos fuera de Grecia debido a la lentitud de los trabajos, continúa aguantando la respiración.
"No hay tiempo para sacar los ojos de la pelota. Este partido dista de estar terminado", dijo Denis Oswald, inspector del Comité Olímpico Internacional (COI), durante una visita a Atenas esta semana.
El progreso de los trabajos de reconstrucción llena las páginas de los periódicos y el tiempo de la televisión, con todo el mundo, desde políticos hasta expertos de la construcción, recibiendo llamadas para que den su opinión, y mayormente gruñen sobre quien afrontará una factura estimada en 3,180 millones de euros.
"Por supuesto que queremos que estos proyectos sean un éxito. Por supuesto que queremos que la Olimpíada sea un éxito. Afrontémoslo, las estamos pagando de todos modos", dijo Kate Stachtea, un concejal en la prefectura ateniense de Nea Smirni.
"Pero también tendremos que contribuir a llenar el negro agujero financiero que nos dejará", avisó.