Ni las autoridades ni los vecinos atienden áreas verdes
En avenida Revolución y calle Miguel Ángel Barraza de la colonia Ley de Asentamientos Humanos está ubicada un pequeño jardín que luce desértico. Hay vestigios de pasto, no hay plantas, y los pocos árboles que lo rodean se ven descuidados.
El área verde es pequeña, tiene pequeños andadores, y unos juegos que todavía funcionan para los niños. Debajo de la resbaladilla hay basura y como si alguien hubiera quemado algo.
Al frente está un monumento a Benigno Montoya, que da la espalda al templo, sin terminar, de la colonia, como la construcción abandonada de años de lo que iba a ser un auditorio.
De una pequeña llave escapa un chorrito de agua que mantiene encharcado un pedazo del jardín. A pesar del exceso de humedad no hay pasto ni, como en otros jardines visitados, hay una persona que los cuide.
Cintya Fabiola González Ramos, de 12 años, juega con su hermano Gómer, más chico que ella, y su amigo Agustín Enrique Barrientos Palomares, y ven lo que le hace falta a su jardín: ?agua, arbolitos, pasto, que esté barrido y que pinten las bancas?.
Este pequeño jardín perdido en esta colonia, muy cerca de las oficinas de la Secretaría de Educación del Estado de Durango, es una de las cien áreas verdes, plazas, parques y jardines que hay en la ciudad.
A pesar de su ubicación, a unos 800 metros del bulevar Domingo Arrieta, no recibe la atención adecuada, ni de las autoridades ni de los propios vecinos del lugar.
Uno de los fundadores de la colonia Héctor Montoya Guzmán, descendiente de la ilustre familia Montoya conocida por el escultor Benigno Montoya y del pintor Francisco, se encuentra a un lado del jardín, midiendo unos lotes para los comerciantes.
Anuncia que desde este sábado los vendedores ya no van a instalarse arriba del jardín, sino abajo, en el área contigua, donde está proyectada la segunda etapa del jardín. ?Eran muchos los daños que estaban causando al jardín?, y se les pidió, y aceptaron dejarlo libre.
En la misma colonia Ley de Asentamientos Humanos, a unos 300 metros, está otra área que debería ser verde, pero que está polvosa, con montones de tierra, porque es usada por los propios vecinos como lugar para tirar escombro.
Es una escuadra infecunda, ubicada entre las calles 20 de Septiembre, Magón, Privada Triunfo y Avenida Revolución. Hay un solo árbol parado, y a los cordones que lo delimitan casi se los ha comido la tierra. Como no recibe atención ni de los vecinos ni de la Presidencia Municipal, está abandonado.
Hay otros jardines mejor cuidados, como el que tiene a su cargo el señor Antonio Velarde Calleros. El jardín Revueltas luce verde en su pasto, plantas y árboles. ?Tengo tres meses aquí, antes, 14 años en el jardín Miguel Hidalgo, a un costado del templo de Santa Anna?, explica el trabajador municipal, que arrastra una manguera para enrollarla.
Recuerda que el jardín estaba muy abandonado cuando se lo asignaron a su custodia. Le ha quitado la basura y la mala hierba, como el trébol que lo tenía preso. Poco a poco avanza en un corte que le está dando a los arbustos, como olas, por lo que ahora su imagen es diferente.
Sin embargo, este sitio no escapa de la acción de los ?cholos?, que tienen pintarrajeadas las bases de los tableros de la cancha deportiva, y las instalaciones donde funcionó una demarcación y que ahora es utilizada para guardar su herramienta.
?¡Oiga!, lo que sí les pediría es que dijeran que me hace falta un contacto, porque me podría traer una parrilla para calentar mis alimentos?, expresa Antonio Velarde, quien hace la promesa de dejar muy bonito como el jardín que abandonó por problemas personales.
Lo verde y cuidado de este jardín contrasta con otro cercano: el jardín de la Domingo Arrieta, como se le conoce.
Francisco Robles Aguilar está de pie a un lado de su bicicleta,almorzando. Trae un gorro de estambre y una gruesa chamarra. El jardín se ve seco. No tienen agua los árboles truenos y eucaliptos que se yerguen majestuosos, tampoco las plantas.
El trabajador de Servicios Públicos Municipales tiene todo para trabajar. Una carretilla, herramienta, cisterna, agua todo el día. Pero aun así se ve seco el jardín y descuidado.
El director municipal de Servicios Públicos, Rafael Castro, detalla que en Parques y Jardines hay 350 trabajadores para atender las áreas verdes, desde los parques Guadiana y Sahuatoba, en donde hay 80 trabajadores.
A lo largo del bulevar Francisco Villa hay otros nueve que tienen asignadas determinadas zonas; en algunas placitas y áreas verdes de la periferia hay asignados uno, dos o tres jardineros. Pero hay otros que no se atienden todos los días, sino en forma más espaciada.
Se atienden desde la Plaza de Armas, la Plazuela Baca Ortiz, para las pequeñas plazuelas y áreas verdes, hasta completar las 100.
Numeralia
100 jardines y parques en la ciudad
350 trabajadores de Servicios Públicos atienden las áreas verdes.