Son casi ya sesenta días desde el ascenso al Poder Ejecutivo del político estrella de Durango, hoy gobernador Ismael Hernández Deras. Y nada, nada para beneficio de la ciudadanía está ocurriendo desde el inicio de una administración que además de observarse inoperante y cero creativa, aparece hoy como un equipo en lo que lo único que hay pensar es el pago de la nómina de la burocracia recién estrenada.
Es increíble de verdad cómo algunas zonas del país se resisten hasta con las uñas a la evolución. Durango, tierra de verdad hermosa, en apariencia no quiere dar ese paso hacia delante.
En la capital, la preocupación estriba en aquellos que están viendo cómo se está llenando el cupo en la sagrada nómina y la sociedad, temerosa de enfrentar a papá Gobierno, espera impávida la no-acción de los noveles gobernantes. Todo mundo, -los medios de comunicación, entre otros- acostumbrados a depender de la ubre gubernamental, la productividad y la inversión privada no es tema en una sociedad eminentemente conservadora.
Para La Laguna la cosa está peor. Ismael sabe que en cancha visitante (en Gómez y Lerdo) había que andarse con cuidado políticamente, por aquello de los cacicazgos ya extinguidos. El resultado fue una vergonzosa toma de protesta para el gabinete regional del ex diputado local, federal; ex senador y ex alcalde Hernández. Nombramientos hechos para salir del paso dieron pie a que los flamantes funcionarios, llegaran a la toma de protesta sin saber siquiera para qué cargos habían sido reclutados.
En el remate aparece una Alcaldesa rijosa en la Ciudad Jardín, qué bueno que se defienda a capa y espada la autonomía municipal y se defienda también de las triquiñuelas legaloides que le dejó su antecesor Luis Fernando González Achem, pero es tiempo de menos ruido y más nueces y en Lerdo como siempre, las cosas marchan muy despacio, si es que marchan.
El paso del tiempo es inexorable, los significativos primeros cien días de Gobierno aparentemente no serán sólo para más de lo mismo: “No hay dinero”. Lo cierto es que en las entidades vecinas la marcha es diferente y el pueblo duranguense no hace más que facilitar la agobiante desidia de sus autoridades locales.
Gómez, por lo menos hace un poquito de ruido, pavimenta, intenta hacer obras, tiene sus pleitos con la ciudadanía, pero en el resto de la entidad la carencia de empuje y de obra, es desoladora.
Ojalá y el señor Hernández Deras salga del letargo y no se vaya a encasillar como todos sus antecesores que tristemente han contribuido a que Durango sea catalogado como el Chiapas del Sur, por aquello de su rezago, que no sea la continuación del Gobierno de un Guerrero Mier que fue rebasado por la modernidad y que imprimió a su Gobierno el clásico estilo corporativista y jurásico. Digo, de perdida de Guatemala, no nos vayamos a Guatepeor.
Broncas gratis
en La Laguna de Coahuila
Es a veces increíble las broncas gratis que a veces se crean los propios funcionarios estatales por la falta de un poquito de sensibilidad. Esto viene a cuento por la marcha de los materialistas que reclaman el pago de un tabulador de tarifas de su sector, que hoy el titular de la Secretaría de Obras Públicas del Estado, Jorge Viesca pretende desconocer.
Se puede alegar la equidad y justicia de las peticiones de los materialistas. Lo que no se puede objetar es la falta de pericia de un secretario estatal que se “pone de pechito” para que una autoridad municipal se ufane de él y rematándolo cuando señala que Torreón no tiene problemas de ese tipo.
Tal vez con un poquito de mano izquierda se hubiera podido evitar que la cosa subiera del tono, pero la sensibilidad del secretario Viesca, no ha sido precisamente su principal virtud, es cosa de recordar su negativa de que el Distribuidor Vial Revolución requería correcciones en su funcionamiento, que por cierto, anunciaron el cierre temporal de un tramo, a lo mejor será sólo para pintarlo.
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