Cuando existe una causa justa es menester unir esfuerzos. Hoy, la Región Lagunera enfrenta un problema grave, derivado de la autorización por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a la empresa Ecogas, de aumentar el precio el gas natural en un nivel “monstruoso”, a decir del propio gobernador Enrique Martínez y Martínez y que de mantenerse podría dejar sin empleo a más de 30 mil laguneros.
El mandatario entiende como una prioridad el realizar las gestiones, tocar las puertas que se requiera y realizar las acciones que se necesiten, para evitar que los laguneros tengan que pagar entre un 40 y un mil 600 por ciento de incremento en un hidrocarburo indispensable para varias e importantes actividades productivas.
Es encomiable la actitud asumida por Martínez y Martínez, como lo es también el frente común que integraron ayer los empresarios de la región, quienes además lanzaron un ultimátum a la CRE y a la propia Secretaría de Energía, para que se lleve a cabo una revisión urgente y puntual al reciente incremento que se aplicó en las tarifas de distribución del producto que se vende en Torreón.
La situación no admite tibiezas y por ello el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada anunció que más de 40 empresas de la Comarca Lagunera se ampararán. El secretario de este organismo cúpula de la Iniciativa Privada y presidente de la Canacintra-Torreón, Robert Stefanic Mery, aclara la magnitud del problema: “esta alza no sólo es arbitraria sino improcedente y debe darse marcha atrás, ya que de lo contrario pone en riesgo no sólo la operación sino también los proyectos de expansión de decenas de industrias que realmente podrían cerrar sus puertas ante la imposibilidad de seguir pagando este insumo y lo peor es que no tienen ninguna alternativa”. Así de simple y grave.
La Laguna vive hoy una suerte de guerra y la causa es justa. El presidente de Canacintra-Gómez Palacio, Sergio Martínez Villarreal, apunta a una cuestión que debe tomarse en cuenta: “es importante abrir la competencia a la venta de gas natural en la región”. Y tiene razón, ya que los monopolios caen fácilmente en la tentación de imponer tarifas sin mayor justificación y en cambio, una competencia cercana y efectiva limita los arrebatos y lances insostenibles más allá del “no hay opción”.
