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MÉXICO, DF.- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, advirtió que si las naciones de América Latina quieren realmente aprovechar los beneficios de la apertura comercial mundial, deberán elevar su competitividad y ser capaces de negociar en conjunto.
Para ello, dijo, tendrá que haber una reforma ?microeconómica? que apoye a las pequeñas empresas tal y como en los años 90 se hizo para fortalecer la macroeconomía, además de replantear los sistemas de justicia y financiero; garantizar la inclusión y compensación social; modernizar al Estado para hacerlo responsable e invertir más en educación e innovación tecnológica.
A su vez, el director de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latinas (CEPAL), Rolando Franco, advirtió que la mayoría de los países de la región muestran un avance insuficiente en el combate a la pobreza extrema, conforme a la meta que comprometieron en la Declaración de Milenio en el año 2000.
Dijo que uno de los compromisos de los países fue reducir a la mitad la pobreza extrema, pero en muchos casos la situación empeoró entre ese año y 2002, por lo que se requiere voluntad política y mayor eficiencia de los gobiernos para aumentar el rendimiento de los escasos recursos.
Ambos participaron en el Foro de las Américas que se llevó a cabo de manera previa a la Cumbre Extraordinaria de las Américas, que reunirá a los mandatarios de más de 30 países del hemisferio mañana y el martes en Monterrey.
Enrique Iglesias se refirió al entorno mundial en general, y al contexto que vive la región latinoamericana en particular, y destacó los procesos de integración como el Mercosur, el Plan Puebla-Panamá, el Grupo Andino, y otras iniciativas, pero afirmó que se requiere actuar en por lo menos cinco frentes para asegurar que los países aprovechen al máximo las oportunidades de la apertura comercial.
Explicó que uno de esos frentes es la competitividad, para lo cual se tiene que mantener la estabilidad financiera y el control de la inflación. ?Ese no es tema de color ni de orientación ideológica. Un país tiene que tener macroeconomía sólida para construir su futuro, y en ese sentido la apertura externa requiere hoy más que nunca de este tipo de comportamiento?.
Expresó su preocupación por las casi 50 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, pues muestran una bajísima productividad, y sin embargo de ellas dependen las expectativas de mejoramiento del nivel de ingreso y de elevar la productividad. ?La reforma microeconómica es tan importante como la reforma macroeconómica de los años 90?.
También se refirió a la necesidad de contar con instituciones adecuadas, mayor transparencia en el Estado y marcos regulatorios confiables y que se cumplan para que se pueda promover la inversión interna y se atraigan capitales externos.
Destacó la necesidad de asegurar la ?inclusión social? mediante políticas que compensen a los inevitables ?perdedores? de la apertura económica.
Por su parte, Rolando Franco planteó la necesidad de asumir con realismo las llamadas ?Metas del Milenio?, y expuso que las ?nuevas cifras? revelan un incremento de la proporción de pobres e indigentes en América Latina entre el 2000 y el 2002 que se traduce en un mayor número de personas con niveles de vida insuficientes.
El especialista de la CEPAL también mencionó que la pobreza sigue afectando proporcionalmente más a los niños y adolescentes, y dijo que el principal obstáculo para cumplir la meta de reducir la pobreza extrema ?es que las medicinas que se recomiendan para su tratamiento es muy difícil de conseguir?.
Propuso que se atiendan las necesidades más apremiantes de los países menos desarrollados, lograr exportaciones libres de aranceles y cuotas, la reducción de la deuda de las naciones más endeudadas, cancelar la deuda oficial bilateral, y conceder una ayuda oficial para el desarrollo más generosa a quienes muestren más determinación en reducir la pobreza.
