Río de Janeiro, (EFE).- En una enredada historia digna de una telenovela, dos brasileñas de 36 años de edad comprobaron que no habían sido criadas por sus verdaderos padres y que habían sido cambiadas en la maternidad durante un apagón, informaron diarios locales.
La trama comenzó a ser desvelada cuando la madre de Lenilda de Assis Rubín, en su lecho de muerte, le confesó que la amaba como una hija por haberla criado, pero que siempre desconfió de su origen.
La madre, María Elza Assis, explicó a Lenilda que en el día del nacimiento, cuando las enfermeras le entregaron la bebé después que la maternidad quedó a oscuras por un tiempo, su instinto de madre le hizo sospechar que había algo equivocado.
Doña María Elza dijo a las enfermeras que esa no parecía hija suya.
Pero con la opinión de sus propios familiares, fue convencida por las enfermeras de que todos los recién nacidos son muy parecidos, de modo que acabó aceptando a la pequeña.
El tiempo pasó y las diferencias físicas de la niña con el resto de la familia alimentaron más las sospechas de María Elza Assis, quien no obstante guardó para su hija el secreto de su sospecha hasta la hora de la muerte, hace nueve años.
Ese fue el tiempo que pasó Lenilda buscando a su familia biológica en la ciudad de San Fidelis, en el norte del estado de Río de Janeiro, donde siempre vivió desde que naciera en la maternidad municipal de la localidad.
Lenilda propaló la historia que le contó su madre y gracias a una conocida que a su vez la encontraba muy parecida a sus vecinos que vivían en el otro extremo de la ciudad, dio con Rosane Meirelis Duarte, la verdadera hija de doña María Elza.
"Ella era igual a mis hermanos, muy parecida con mis padres", contó Rosane a los diarios narrando el susto que se llevó cuando conoció a Lenilda.
Las dos mujeres acudieron a la oficina del ministerio público de la localidad, cuyos funcionarios, conmovidos por las fotos de las familias cambiadas, enviaron el caso a un Programa de Investiogación de Paternidad, en Río de Janeiro.
Los estudios de DNA, concluidos la semana pasada, confirmaron las sospechas que también habían atormentado a Rosane, quien siempre se halló un tanto distinta al resto de la familia.
El padre de Lenilda se declaró contento al conocer a Rosane, su verdadera hija biológica.
"Estoy feliz, quedé con dos hijas", declaró Nilo Lopes Rubim, un humilde agricultor que se sometió a las pruebas de paternidad.
Lenilda, no obstante, ha tenido problemas en ser admitida y reconocida por sus padres biológicos, los que criaron a Rosane y que nunca supieron de la historia del cambio de bebés.