EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- En medio de la pobreza y el abandono, solitario anciano murió en el interior de su humilde vivienda. Uno de los vecinos que le llevaba alimentos, encontró su cuerpo 24 horas después de su fallecimiento con indicios de descomposición, recostado sobre una colchoneta en el suelo. Estaba siendo devorado por millares de asqueles.
Hasta el domicilio ubicado en avenida Hidalgo No. 318 de la colonia Miguel Hidalgo, sitio al que se conoce también como Callejón Viento Libre, se constituyó el personal de la Agencia del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, encabezada por su titular en turno, Yolanda Ezqueda Moreno.
Fue la Cruz Roja que dio el reporte el viernes pasado aproximadamente a las 18 horas, luego que solicitaran sus servicios en dicho lugar, donde al llegar verificaron que el infortunado anciano había dejado de existir e incluso presentaba inicios de descomposición.
Carmelo Flores Velásquez, de 62 años de edad, vecino de quien en vida llevara el nombre de Juan Pompeyo Guzmán Ramírez, de 92 años de edad, manifestó a la representante social que lo había dejado de ver desde el miércoles anterior, ya que viajó a visitar unos familiares al Estado de Zacatecas.
Mencionó también que el otro vecino cuyo nombre no recordó, le llevaba alimentos a Juan Pompeyo, quien era solo, pues no tenía familiar alguno.
Ese día, el ocho de septiembre, tras despedirse se dirigió a la Central de Autobuses donde abordó una unidad rumbo a Zacatecas, mientras que el otro vecino lo hizo para el Estado de Durando, específicamente a Torrecillas, donde compraría sotol para vender en esta ciudad.
Fueron dos días que estuvo ausente y cuando regresó, de inmediato acudió a la vivienda del solitario nonagenario para llevarle su sopa caldosa y al entrar miró consternado que su frágil cuerpo estaba cubierto por millares de asqueles, mismos que devoraron pequeñas porciones de su carne en diferentes partes.
Al no saber a quién acudir se le ocurrió llamar a la benemérita institución, pero ya no pudieron hacer nada por el infortunado anciano, por lo que se le dio aviso al Ministerio Público que luego de dar fe del cadáver, ordenó su traslado al anfiteatro para un reconocimiento por el médico legista.
Ayer por la tarde se entregaría el cuerpo de Juan Pompeyo a sus vecinos, quienes realizaron una colecta para darle una digna sepultura.
