El número de heridos asciende a 17 y 40 campesinos han sido arrestados.
31 de agosto 2004.
GUATEMALA (AP).- Cuatro policías y tres campesinos murieron el martes, cuando las fuerzas del orden intentaron desalojar una finca privada que familias sin tierra invadieron en el sur del país.
Un vocero del hospital de la zona dijo a la AP que cinco policías y dos campesinos heridos se encuentran "en estado delicado".
Otros informes indican que el número de heridos asciende a 17 y que 40 campesinos han sido arrestados.
El enfrentamiento se registró en finca Nueva Linda, en Retalhuleu, a unos 180 kilómetros al suroeste de la capital, informó el vocero de la policía Faustino Sánchez. Dijo que cuatro policías y tres campesinos murieron.
El ministro de Gobernación Carlos Vielmann dijo a la prensa que los campesinos recibieron a tiros al contingente policial que armados únicamente con escudos, bombas de gas y batones, llevaba la orden judicial para desalojar a los invasores.
Los bomberos Voluntarios informaron que preliminarmente habían evacuado a 17 heridos a varios centros asistenciales, pero que aún los reportes eran incompletos.
El vocero de la policía indicó que había unos 40 campesinos arrestados. Según versiones periodísticas, entre los detenidos se veían algunos vapuleados y la mayoría eran ancianos que no pudieron huir.
Las autoridades aún no terminaban de rastrear la finca y los campesinos se replegaron unos 500 metros a otra propiedad a la que la policía no ha ingresado, constató la AP en el lugar.
Además, se comprobó la presencia de un contingente de militares, con los rostros pintados de negro y preparados para combatir que estaban apostados en tierra en el ingreso de la finca.
El presidente Oscar Berger calificó a los invasores como "una facción clandestina dispuesta a matar", debido a que según los reportes de los oficiales en el lugar del enfrentamiento los pobladores estaban armados con fusiles de asalto, explosivos de fabricación casera y hasta lanzamisiles RPG7.
El procurador de Derechos Humanos Sergio Morales manifestó que la responsabilidad de las muertes y el enfrentamiento "recae en el Estado por no haber resuelto el conflicto teniendo tantos días para hacerlo en forma pacífica".
Añadió que "comprendemos que el Estado de Derecho se debe respetar... lo que creemos es que hay formas para hacerlo. La forma que han empleado no fue la correcta".
La zona costera de Retalhuleu en donde ocurrió el enfrentamiento está repleta de grandes fincas ganaderas, de cultivos de maíz y en décadas pasadas vivió su mayor apogeo cultivando algodón.
