Lo popular
Mariano José de Larra en alguno de sus artículos se preguntaba ¿quién es el público y dónde se le encuentra ? La pregunta que nos vamos a hacer hoy es ¿quién es el pueblo y dónde se le encuentra?
Todo el mundo habla del pueblo y lo usa. Se supone que por todas partes surgen defensores del pueblo, representantes del pueblo y líderes del pueblo. Existe la voz del pueblo que se conoce como opinión pública, pero como quiera que se hable de él, parecen referirse a un concepto idealista que no se refiere a la realidad. ¿Quién es el pueblo? Si hablan de los individuos que conforman una sociedad que participan de un lugar determinado y de una historia, que están regidos por leyes comunes y que profesan la misma cultura, entonces quiero que me apunten en este pueblo mexicano. Yo soy parte de ese pueblo, yo soy el pueblo, tú eres el pueblo, él es el pueblo, nosotros somos el pueblo. Cuando están hablando de pueblo están hablando de mi, están hablando de nosotros.
Parece ser que mi solución no es tan viable, parece ser que el concepto pueblo no es tan general como lo pretendo; el club es selectivo. Para ser pueblo tienes que ser pobre, para ser pueblo tienes que ser analfabeta, poco instruido o tonto, para ser pueblo tienes que estar incapacitado para regir tu propio destino, para ser pueblo tienes que ser conformista, para ser pueblo tienes que jugar el papel de hijo, borrego, o niño del líder paternalista que dirige tus pasos según su beneficio personal. Lo que tengo que demostrar es que no es cierto, que mi solución es la viable, que yo soy pueblo porque ya me gustó eso de ser pueblo, y que ni Octavio Paz, que es pueblo, fue pobre, que ni Rulfo, que es pueblo, es tonto, que ni Xóchilt Galvez, que es pueblo, es la hija del paternalismo, y que para acabarla de amolar, el pueblo no es eso que dicen que es, sino otra cosa.
Definí la cultura popular como los usos y costumbres que se dan en un lugar determinado a través del tiempo; como para entender esto tengo que partir de mi, que soy pueblo porque ya me dio la gana, entonces yo seré mi punto de partida.
Nota aclaratoria: aquel que quiera que otro lo defina como pueblo, puede leer a Samuel Ramos y a Octavio Paz y conformarse con ser hijo de la .... (La palabrita que usted se imagina es la que analiza Paz en El Laberinto de la Soledad y Posdata).
Yo como pueblo soy mexicano participo de la esencia de ser mexicano. Lo primero con lo que me topo es con mis apeídos Herrera y Arce, españoles. Espérate, no salió la cosa, ¿cómo que españoles? pues si, ambos son españoles; y luego te vas a eso de los árboles genealógicos y descubres que tus abuelos eran españoles; entonces tienes que reconocer que en tu familia hay un español naturalizado y ya no eres tan pueblo; pero, después te comparas con los otros que consideras pueblo y te das cuenta de que adolecen de lo mismo y que el noventa por ciento de la población mexicana se encuentra en las mismas circunstancias y si no es español, será árabe, o francés o chino. Y luego te preguntas, ¿a quién buscas?, ¿al mexicano ?, ¿al indígena? Surgió la relación dialéctica español o europeo/indígena. (Nota: debí enumerar asiático y africano que también esta mezcla se da en lo mexicano). Entonces me doy cuenta de que lo mexicano no es lo indígena solamente; claro que lo incluye y es una pieza importante pero no es lo mismo. Tengo que congraciarme con lo indígena y entonces recuerdo haberme casado con una mujer que proviene de los tlaxcaltecas, entonces sé que mi hijo también tiene esa sangre. Lo que no me suena mucho es eso que dicen que los tlaxcaltecas son los traidores, ¿los traidores de quién ?, ¿ de los aztecas ? y que me pongo a leer historia y descubro, eran enemigos, tan enemigos como hoy son los cubanos de los estadounidenses. ¿Cómo se puede traicionar el enemigo ?, y entonces pienso en los tarascos que también eran enemigos de los aztecas y en los huicholes, en los mixteco zapotecas, en los seris, en los mayas, en todas las demás etnias que no eran aztecas sino enemigos de y entonces, de nuevo, que defino, al mexicano o al azteca; pues al mexicano ¿no?, porque de eso soy pueblo y entonces descubro que algo me deben de haber contado mal en mi historia que se me dificulta el poder definir mi esencia como pueblo mexicano. Hay que volver al principio. (Continuará...)