Los Juegos Olímpicos recién finalizados en Atenas, cuna de estos juegos en la antigüedad helénica clásica y sede primera en 1896 de este evento de enorme realce mundial nos pueden servir para realizar una serie de consideraciones que buscan trascender el mero ámbito deportivo.
Grecia acudió a este compromiso con la emoción propia de un país y sobre todo una cultura centenaria que independientemente de los derroteros históricos que ha venido soportando a lo largo de los tiempos, tiene un estilo único, enorme profundidad y carisma.
Muchos aseguraban que por no encontrarse este país en su mejor momento económico, los Juegos Olímpicos podrían resentir una merma de esa calidad creciente de la que han dado buena muestra las más recientes ciudades sede.
Sin embargo la emoción propia de volver a los orígenes: del “back to basic” que dirían los anglosajones ha propiciado que estos Juegos tuviesen una emoción muy especial y sirviesen para que muchas marcas en distintas disciplinas deportivas se superasen.
En el caso de la delegación mexicana no me resisto a comentar dos o tres consideraciones contempladas en el seguimiento que pudimos hacer a través de los medios de comunicación social nacionales y la impresionante cobertura con que nos obsequiaron.
Un primer comentario va en la línea de nuestra ya tradicional incapacidad de figurar en deportes de conjunto. Las pocas medallas obtenidas las lograron esfuerzos individuales. Creo que no sólo por motivos deportivos sino por constatar cómo se desenvuelven casi todas las actividades en este mundo moderno que inicia el tercer milenio y que está inmerso en procesos globalizadores y de establecimiento de alianzas estratégicas, el énfasis que debe ponerse al trabajo en equipo, al esfuerzo conjunto y al logro de bienes comunes por encima de bienes y fines particulares demanda que el Comité Olímpico Mexicano, la Secretaría de Educación Pública y en general todos quienes de algún modo están, o estamos en ambientes del fomento educativo, deportivo y también empresarial, hagamos un mayor esfuerzo para impulsar los esfuerzos comunes, más que las conquistas individuales.
Otro comentario va en el sentido de fomentar la mejora continua a través de una más cualificada capacitación e instrucción. Pudimos constatar que dependimos demasiado de la cualidad excepcional de los deportistas que consiguieron medalla, más que de la capacitación y entrenamiento especializados y altamente cualificado.
Equitación, clavados, basquetbol, natación, caminata. Fueron disciplinas que en otros tiempos dieron a México grandes satisfacciones olímpicas, pero que ahora y muchas veces por la corrupción existente en muchas federaciones deportivas vienen languideciendo, desgraciadamente.
Un último comentario en razón del espacio quisiera hacerlo en torno a la actuación de algunos medios informativos que sólo le dan peso noticioso al futbol en las largas épocas no olímpicas, por lo que existe una absoluta desinformación sobre tantas otras disciplinas deportivas existentes y a las que niños y jóvenes pudieran dedicar sus tiempos y esfuerzos para ser más virtuosos y de paso para darle más glorias deportivas al país.