Eso les pasa a algunas por creer que porque las cucarachas se pasean por el malecón, son turistas. Ojalá que el ridículo al que se expuso Maricarmen; aquiete los ánimos alebrestados de las mujeres que aprovechando los reflectores y la estructura que ofrece el puesto de primera dama, pretenden ?empoderarse?. Para aspirar a gobernar, se necesita mucho más que dormir con quien gobierna.
?Tlaxcala detuvo el carruaje de las princesas? titula su más reciente editorial la revista Siempre!
Martita puso el ejemplo y a otras ñoras se les antojó. ¿Por qué ella sí y yo no? Deben haberle dicho a sus gobernantes maridos. Confirmación de que el entontecimiento que genera el poder, es contagioso.
En un alarde de necedad y capricho, y arropada en su circunstancia de primera dama de Tlaxcala, Mary Carmen Rodríguez se empeñó en heredar de su marido la Gubernatura. Con las ambiciones muy por encima de sus capacidades y razones, además de salir derrotada de la contienda electoral, la terquedad de Maricarmen dañó severamente a su partido y perjudicó la imagen política de su marido, quien durante la controvertida campaña de su esposita, no sabía el pobre hombre ni qué hacer con su persona.
Eso les pasa a algunas por creer que porque las cucarachas se pasean por el malecón, son turistas. Ojalá que el ridículo al que se expuso Maricarmen; aquiete los ánimos alebrestados de las mujeres que aprovechando los reflectores y la estructura que ofrece el puesto de primera dama, pretenden ?empoderarse?. Para aspirar a gobernar, se necesita mucho más que dormir con quien gobierna.
Y queridas lectoras, hagan el favor de no malinterpretarme, nada me gustaría más, que ver a una mujer ocupando la Presidencia de México. Estoy convencida de que no está lejano el momento y no tengo ninguna duda de que si una mujer llega a la Presidencia por el camino correcto, lo hará mejor que cualquier hombre.
Estamos tan acostumbradas las mujeres a administrar la pobreza y a hacer milagros con ella... Economía cebollera llama mi marido a la sana costumbre de no gastar lo que no se tiene y por el altísimo porcentaje de mujeres que sin tarjetas de crédito ni cuentas bancarias y sin necesidad de aumentar nuestra ya amenazante deuda externa, solamente con trabajo logran sacar a sus familias y por lo tanto a este país adelante; puedo suponer que una mujer con vocación de servicio, bien preparada y fogueada en los quehaceres políticos, haría un magnífico papel en la Presidencia de un país como el nuestro, que a pesar de sus riquezas no logra levantar cabeza.
Aterrizadas, prudentes y congruentes, antes que andar de fantoches poniendo en marcha obras lucidoras y costosas, las mujeres pondrían un plato de sopa en la mesa de cada niño, un libro en su mochila y una cobija en su cama. Trabajo, austeridad y prudencia serían seguramente los criterios a seguir. Con mujeres en el poder, nadie viajaría a la Luna antes de que la vida en todos los rincones del planeta estuviera dignamente resuelta.
Creo en la capacidad de las mujeres para gobernar, pero creo también que el papel de esposas de hombres en el Gobierno, es saber estar y no dar qué hablar para no entorpecer ni debilitar la autoridad de sus maridos. Nada les impide sin embargo, que después de terminada la gestión del cónyuge, ellas empiecen a hacer su propia lucha. adelace@avantel.net