Tel Aviv, (EFE).- El jefe de Operaciones del Comando Central del Ejército Israelí, responsable militar en Cisjordania, dijo que el coste de la preparación de un atentado oscila entre 300 y 700 dólares.
En una rueda de prensa en Tel Aviv, en la que no reveló su nombre "por razones de seguridad", explicó que los grupos que preparan los atentados "reciben transferencias de dinero desde Estados Unidos, Europa y los países árabes".
Sin embargo, indicó que Israel no podía "actuar en consecuencia dada la complejidad del sistema bancario internacional".
El jefe militar también aseguró que "existe una coordinación entre los diferentes grupos extremistas palestinos".
"Por ejemplo, un suicida puede salir de Naplusa, los explosivos podrían ser preparados en Tulkarem, y el vehículo que desplaza al terrorista podría venir de Kalkilia", dijo.
Añadió que, además, existe una cooperación entre facciones palestinas "teóricamente rivales, como el Movimiento de Resistencia Islámica HAMAS (islámica) y las Brigadas de los Mártires de al-Aksa (laica)".
También aseveró que hay grupos en el extranjero que prestan apoyo a los grupos palestinos, como Hizbulá, que opera en el Líbano, y la Yihad Islámica, en Siria.
Según el portavoz militar, "existe una gran negligencia por parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que no está interesada en combatir el terrorismo".
Como ejemplo, comentó que Belén "fue entregada a la ANP en julio de 2003. Sin embargo, tras un par de semanas de aparente diligencia por parte de ésta, ha demostrado una gran ineficacia, ya que tres suicidas partieron de esta ciudad para cometer sus atentados".
"Además les hemos facilitado listas de activistas que no han investigado", agregó.
El portavoz dijo que los terroristas aprovechan los tramos del muro de separación no construidos para internarse en territorio israelí y puso como ejemplo "el último suicida que perpetró su atentado en Jerusalén".
A pesar de esa afirmación, el portavoz no pudo asegurar que el suicida, procedente de Belén, no accediera a su destino a través de un puesto militar, como ha sucedido en otras ocasiones.
El militar defendió la construcción del muro de separación, bajo el argumento de que "ha habido una reducción considerable de atentados terroristas en aquellas zonas donde la valla de seguridad ha sido construida".
No obstante, no se mostró inflexible ante un posible cambio en el trazado del muro "si en un período de 2 a 5 años se llega a un acuerdo con los palestinos", aunque para "desde el punto de vista militar, el actual es el trazado más eficiente".
Abundando en la seguridad israelí, sopesó la hipótesis de que "la construcción de la valla puede provocar que los terroristas dirijan sus ataques contra los asentamientos".
Sobre la posibilidad de continuar el muro también en el este de Cisjordania, el oficial evitó pronunciarse calificando de "política" la decisión final.
Según sus palabras, el número de potenciales suicidas detenidos en 2003 fue de 405.
Aclaró que "algunos fueron interceptados cuando se dirigían a cometer los atentados, y otros confesaron tras su arresto y posterior interrogatorio".
Del mismo modo, declaró que "actualmente, las organizaciones terroristas tienen muchos problemas logísticos para llevar a cabo sus acciones, pero les sobran candidatos".
Por último, explicó que los criterios que utilizan para decidir la construcción del muro de hormigón de 10 metros o bien la valla electrificada están en función de la proximidad de ciudadanos israelíes o de infraestructuras con carácter estratégico".
