EN RIESGO CONSTANTE DE DE CONTAGIO
A pesar de que el problema se repite inevitablemente cada noche, Maribel Solano Rojo no se puede acostumbrar a que toda su casa y sus alrededores tengan un fuerte hedor. La suya es una más de las familias que viven en los alrededores de la Planta Tratadora de Aguas Residuales.
La colonia La Loma ha sido su terruño desde que tiene uso de razón. Hoy, a sus 17 años, asegura que las autoridades municipales se la han pasado con vueltas y promesas, pero no resuelven las fugas que registran las lagunas de oxidación, centro de acopio de las aguas del sistema de drenaje de la ciudad capital.
Pero, lo más grave y peligroso que ella misma ubica, no es tener que soportar el fuerte olor que empieza a apoderarse de cada centímetro de la atmósfera en esa zona de la ciudad, cuando comienza a ocultarse el sol.
Lo que realmente le preocupa, así como a sus padres, es que los niños, sus hermanitos, corran siempre el riesgo de contagiarse de una infección estomacal o cutánea.
PAISAJE
En el día, el ambiente en la colonia La Loma es desolador. Poca, muy poca gente sale de sus casas a convivir con el escenario natural que tiene afuera de sus casas.
Es que la tierra casi siempre está remojada por el escurrimiento de las ?aguas negras?, que llega a convertirse en verdaderas lagunas por fuera de las casas, en arterias aledañas que ha encontrado el caudal de líquido sucio rumbo a la carretera a México.
Misael, de seis años, Guadalupe, de tres, y Jhony, de apenas un año de edad, regularmente traen la ropa sucia. Pero no les importa.
El enorme patio de su casa es para ellos una fortaleza, un castillo, el lugar idóneo para no dejar de jugar mientras haya luz natural; ese gran terreno que alguien le prestó a sus papas para que viva la familia Solano Rojo es el equivalente a su mundo. No les permiten salir de ahí, a menos que sea con alguna de sus hermanas o con sus propios progenitores.
Y es que, en otras circunstancias, la parte externa de su hogar sería el área más oportuna para convivir siempre en contacto directo con la naturaleza. Cualquier niño de su edad desearía vivir en una casa de campo rodeada de árboles, naturaleza y arroyos.
Pero, la realidad de los menores Solano Rojo es muy diferente. El escenario sí es natural, pero está lleno de mezquites; no hay pasto limpio, la tierra siempre está húmeda y con un olor desagradable; las montañas son de escombro o de basura; los arroyos y las lagunillas que se forman en las partes más sumidas son de aguas de desecho, que se filtran de la Planta Tratadora del Ayuntamiento de Durango.
PEOR, NO
Maribel Solano Rojo es la mayor de los siete hijos que procrearon José Solano y Adela Rojo.
Ambos, de oficio pepenadores en el Relleno Sanitario Municipal, hacen el esfuerzo por subsistir y por brindar lo mejor para sus hijos.
Pero las circunstancias los orillaron a aceptar el ofrecimiento de un señor al que conocen bien, quien les prestó desde hace muchos años una casucha de la colonia La Loma, ubicada casi al pie de la salida a la carretera a México, a unos metros de la Dirección Municipal de Vialidad y Protección Ciudadana (por la cera de enfrente).
Esa pequeña casa que les prestaron fue su morada cuando Maribel y Olivia eran pequeñas. Luego, se vieron obligados a entregarla a su dueño, porque las lagunas de oxidación del Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa) empezaron a tener fugas y se formó una enorme laguna que representó un doble riesgo para los menores: por un lado el hecho de que en vez de patio se tenga esa gran acumulación de agua verdosa y malolienta, y por el otro, el peligro de que se contagiaran los niños de una infección, ya sea por convivir con esa suciedad, o por la exposición a que se contaminaran sus alimentos.
Aunque están acostumbrados a trabajar entre los desechos de la ciudadanía, en el Relleno Sanitario, los miembros de la familia Solano Rojo no se acostumbran a convivir con el hediondo olor de las aguas residuales, principalmente los niños, que son los que más se quejan. Luego, se aguantan.
Maribel Solano ha asumido que ésa es la realidad que le tocó vivir, y que peor sería no tener casa. Sin embargo, sí batalla para ir a la escuela secundaria en la que cursa apenas el segundo ciclo escolar.
Su rutina es casi siempre la misma: por la mañana, al Relleno para ayudar a sus padres en la pepena de materiales que se pueden reciclar, o de lo contrario le toca cuidar a sus hermanos; y por la tarde, a la escuela. En las noches, a aguantar de nuevo los olores que se desprenden de los encharcamientos de aguas negras.
PLANEACIÓN
No son muchas familias, pero, a final de cuentas, los habitantes de la colonia La Loma no tienen la culpa de que el proyecto de hacer una Planta Tratadora de Aguas Residuales haya salido defectuoso.
La queja de la gente es en el sentido de que el Municipio debe resolver las fugas que provocan encharcamientos y en ocasiones pequeñas lagunas sobre las que no hay control, porque primero hubo habitantes en esa zona, que lagunas de oxidación para el tratamiento de las aguas de drenaje.
Por eso, su exigencia es en el sentido de que se resuelvan esas irregularidades en el manejo de los desechos líquidos de los duranguenses; y en un escenario fatalista, que se les pueda reubicar a las familias a otro lugar menos contaminado. Casi nadie acepta la segunda opción.
Esos encharcamientos en ocasiones dan la apariencia de conectarse entre sí y formar un afluente poco grato a la vista y al olfato. Lo cual ha provocado que se desgaste el suelo y se vayan formando zanjas que ponen más a desnivel esa parte de la ciudad, a comparación de la carpeta asfáltica de la carretera a México.
El riesgo en estos momentos es principalmente de salud, sin embargo, por el nivel que alcanzan los encharcamientos, los vecinos de La Loma creen peligroso que haya inundaciones en la temporada de lluvias, motivadas, por una parte, por la misma precipitación pluvial, y por la otra, por los desbordamientos de las lagunas de oxidación que opera el Sideapa.
Aquí se conjugan tanto el problema de la falta de planeación y de respeto al Plan Rector del Desarrollo Urbano de la Ciudad de Durango, como las aparentes anomalías con las que operan las lagunas de oxidación del Municipio.
EXIGENCIA
Javier, Alfredo y José tienen varias características en común: son adultos de más de 40 años de edad, sus familias son de escasos recursos y se dedican a reciclar diversos tipos de materiales en el Relleno Sanitario.
No obstante, el más reciente elemento de coincidencia entre ellos les provoca cierto malestar, que luego de ver su realidad, olvidan o disimulan. Ellos formaron una especie de sociedad para poner un taller de todo, donde pretenden crear artesanías, elaborar dulces típicos, arreglar zapatos y hasta hacerle a la carpintería. Un elemento más en común: tienen que soportar los fuertes olores hediondos de las fugas de la Planta Tratadora.
Aprovecharon la oportunidad que les brindó un conocido para que habitaran una pequeña casa ubicada junto a un gran charco de aguas negras. Es la misma vivienda malhecha en la que vivió cuando era niña Maribel Solano Rojo.
?Aquí, antes estaba seco. De pronto empezaron a salir fugas de aguas negras, y pues, ya ve, ahora parece que tenemos una laguna junto a la casa que usaremos como taller y como vivienda?, explica Javier Martínez Hernández.
Junto a él, trabajando en el acondicionamiento de lo que será su taller, está Alfredo Hernández Jaramillo, de 48 años. Y para no descuidar ningún frente, José, el tercer socio, se encuentra en el Relleno Sanitario.
Con tal de salir adelante y sacar del atraso a sus respectivas familias, estos tres sujetos emprendieron un negocio que les costará grandes sacrificios. Aminorarían estos, sí, pero dependería del Municipio.
Irregularidades
Las realidades de La Loma...
Se filtra agua residual de la Planta Tratadora del Municipio.
Forma grandes encharcamientos en los linderos de la colonia.
Hay acumulación de escombro y basura, que da mala imagen.
El mal olor de las aguas negras se intensifica por las noches.
Hay riesgos de insalubridad, sobre todo para los niños.
También son peligrosos los grandes charcos que parecen lagunas.
La colonia comenzó a ser habitada antes que existiera la Planta Tratadora.
Fuente: Vecinos de la colonia La Loma, ubicada por carretera a México.
Acciones
Propuestas para el corto, mediano y largo plazos.
El Plan Estratégico de la Ciudad de Durango propone la siguiente línea de trabajo para lograr el ordenamiento territorial...
?Promover y apoyar la vigencia, cumplimiento y actualización permanente del Programa de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Durango... de acuerdo con las expectativas del futuro y con los escenarios deseables y factibles? (el Colegio de Ingenieros Civiles urgió al Municipio a que se elabore un nuevo Plan Rector del Desarrollo Urbano con visión a los próximos 50 años).
?Promover el diseño y la implementación de sistemas y mecanismos flexibles que faciliten el cumplimiento de los planes y programas de desarrollo urbano, y adecuar la reglamentación jurídica vigente con este fin?.
?Promover que el Municipio cuente con la reserva territorial y los instrumentos necesarios para asegurar el crecimiento ordenado de la ciudad... así como disponer de áreas para uso habitacional, productivo, de servicios urbanos, de áreas recreativas, deportivas, culturales y sanitarias, y de reserva ecológico?.
?Promover la densificación de la mancha urbana, disminuyendo áreas vacantes con el fin de abatir costos, de disminuir la subutilización de servicios urbanos, y de frenar el crecimiento disperso de la ciudad?.
Fuente: Cuarta Línea Estratégica del Plan Estratégico para la Ciudad de Durango.