El premio entregado a la activista de 64 años asciende a 1.5 millones de dólares.
Oslo, (EFE).- La entrega del Nobel de la Paz, en Oslo, a la activista keniana Wangari Maathai abre hoy la ronda de ceremonias de estos premios, a la que seguirá en Estocolmo la entrega de los galardones "científicos" y el de Literatura, marcada esta vez por la ausencia de la premiada, Elfriede Jelinek.
Maathai se convierte en la primera mujer africana que recibe el más prestigioso galardón político del año y "sucesora" de la abogada iraní Shirin Ebadi, premiada en 2003.
El Comité Nobel reconoció así el compromiso de esta valiente mujer, de 64 años, con la lucha ecológica y el desarrollo sostenible, fundadora del Movimiento Cinturón Verde, que desde 1970 ha plantado 30 millones de árboles en África.
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Ole Danbolt Mjoes, dijo a Maathai en su discurso que "usted constituye un ejemplo extraordinario para la mujer africana, para las mujeres del mundo entero".
Antes de que la activista subiese al estrado, la ceremonia -- tradicionalmente rígida y formal -- fue amenizada por una breve presentación de tres bailarines africanos que interpretaron un número típico de Kenia, acompañados por una batería de tambores.
"En el curso de la historia, llega un momento en que se insta a la humanidad a elevar su nivel de conciencia, a abrazar una moral más digna. Un momento en que tenemos que despojarnos del miedo y darnos esperanzas mutuas", dijo Maathai. "Ese es el momento actual".
La activista ecológica, que es fundadora del movimiento ambientalista Green Belt, es la primera africana que recibe este premio y apenas la duodécima mujer galardonada por el Comité Noruego desde 1901, cuando se adjudicó el primer Nobel de la Paz.
Entrega de Premios
De acuerdo a la tradición de los premios centenarios, la atención de los Nobel se trasladará a Estocolmo, para la entrega de los galardones de Física, Química, Medicina y Economía, además del de Literatura, a partir de las 13.30 GMT.
La ceremonia de Estocolmo estará marcada por la ausencia de Jelinek, quien declinó asistir por su fobia a este tipo de acontecimientos.
La escritora austríaca envió, en su lugar, un discurso grabado en video, que se transmitió el martes, centrado en cuestiones literarias y alejado del carácter polémico y combativo sobre el que gira su producción literaria.
Con ello ratificó su compromiso con la idea del autor como "alguien que acompaña a la sociedad y la observa desde la distancia", tal como explicó en una entrevista en que defendía que la marginación es el lugar del escritor.
Si el premio de la Paz y el de Literatura están marcados este año por la personalidad de dos mujeres "de carácter", el resto de galardones de la familia Nobel evidencia el dominio investigador de Estados Unidos.
De ese país son los biólogos Richard Axel y Linda Buck, ganadores del Nobel de Medicina por sentar los fundamentos genéticos del olfato; y también de allí son David Politzer, Frank Wilczek y David Gross, a quienes sus estudios sobre el núcleo atómico y el comportamiento de los quarks les han valido el de Física.
Otro trío compartirá también el de Química, en este caso, el formado por el estadounidense Irwin Rose y los israelíes Aaron Ciechanover y Avram Hershko, descubridores del sistema de la ubicuitina, que explica el proceso de degradación de las proteínas y su aplicación médica contra enfermedades como el cáncer.
El de Economía o Premio del Banco de Suecia, el único no incluido en el testamento de Nobel y que se concede desde 1969, ha ido a parar al estadounidense Edward C. Prescott y al noruego Finn E. Kydland, por sus análisis de desarrollos macroeconómicos en relación con las fluctuaciones cíclicas de la economía.
Cada uno de los Premios Nobel están dotados con 10 millones de coronas -1,10 millones de euros-, a repartir entre los galardonados, en caso de que sea compartido.
