Saddam y sus principales asesores serán juzgados por un Tribunal Especial, aunque permanecerán bajo vigilancia de las fuerzas multinacionales.
30 de junio 2004.
Bagdad, (EFE).- La custodia legal del depuesto presidente iraquí, Sadam Husein, y de once altos cargos de su régimen ha sido transferida hoy al nuevo Gobierno de Irak, apenas dos días después de que este país árabe haya recuperado su soberanía.
De acuerdo con las autoridades iraquíes, Saddam y sus principales asesores serán juzgados por un Tribunal Especial iraquí, aunque permanecerán bajo vigilancia de las fuerzas multinacionales.
"Desde las 10.15 horas de hoy (06.15 GMT) están bajo responsabilidad jurídica del Gobierno", dijo a EFE el portavoz del Ejecutivo, Gorgis Saada, e indicó que un juez iraquí recibió de manos de un alto cargo estadounidense los papeles que así lo atestiguan.
Señaló que el tribunal iraquí dirigirá mañana, jueves, oficialmente las acusaciones contra Saddam y los otros once altos cargos de su régimen.
"El juez ya les ha leído sus derechos y mañana se presentarán ante el juez que les leerá las acusaciones", recalcó Saada.
Los nombres de Saddam y de sus once lugartenientes figuran en una lista emitida por el tribunal iraquí que ayer dictó ordenes de detención contra ellos todos para formalizar la situación.
En la lista figuran, además de Saddam, el último vicepresidente iraquí, Taha Yasín Ramadán; el ministro de Defensa, Sultán Hachem; el viceprimer ministro, Tarik Aziz, y el primo de Saddam y encargado de la región sur durante la última guerra, Ali Hasan el Mayid, "Alí el Químico".
A estos se suman Aziz Saleh al Numán, jefe del partido Baaz en Bagdad; Barzan y Uatban Ibrahim al Hasan al Tikriti, asesores presidenciales y hermanastros de Saddam; Kamal Mustafa Abdala al Tikriti, secretario de la Guardia Republicana y yerno de Saddam; Mohamed Hamza al Zubaidi, miembro del Consejo de Mando de la Revolución; Saber Abdelaziz al Duri, alcalde de Bagdad, y Abid Hamud al Tikriti, secretario presidencial.
Todos fueron detenidos en los meses siguientes a la caída de Bagdad, en abril del año pasado, y según dijo ayer el primer ministro iraquí, Iyad Alawi, varios de ellos afrontarán cargos de "crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio".
Uno de los abogados defensores de Saddam, el jordano Mohamad Rashdan, se quejó hoy, en declaraciones a la cadena de televisión Al Arabiya desde Amán, de que "hasta el momento no me han permitido verle".
"Tampoco se sabe si en toda esta comedia Saddam será juzgado de acuerdo a la antigua ley iraquí, o con la nueva ley transitoria", añadió.
La transferencia de la custodia legal de Sadam y sus asesores se produce después de que el Gobierno provisional decidiera restaurar la pena de muerte, suspendida tras la caída de Bagdad, según dijo el nuevo presidente de Irak, Gazi Ayil Al Yawar.
En una entrevista al diario árabe internacional "Al Sharq Al Awsat", publicada hoy, Yawar aseguró que el Ejecutivo iraquí también ha aprobado la aplicación de una amnistía general a aquellos prisioneros que no estén involucrados en asesinatos ni actos de terrorismo.
La violencia continúa, entretanto, en Irak, y esta mañana al menos once soldados estadounidenses resultaron heridos, dos de ellos de gravedad, en un ataque con morteros contra un base militar en los alrededores del Aeropuerto Internacional de Bagdad.
Según un portavoz militar estadounidense los insurgentes realizaron su ataque a las 08.15 hora local (04.15 GMT) contra un centro de logística en una base cercana al aeropuerto.
Unos 165 mil soldados extranjeros, en su mayoría norteamericanos, continúan su misión en Irak a pesar de la transferencia de poderes al nuevo Gobierno iraquí el pasado lunes.
Por otro lado, al menos dos iraquíes resultaron heridos hoy por la explosión de un coche bomba, el primero desde el traspaso de soberanía, en la ciudad de Samawa, al sur de Irak.
La explosión afectó al cuartel general de la Policía de la ciudad, en la que está desplegado el contingente japonés destacado en Irak.
Otros dos hermanos iraquíes, murieron anoche en su casa, en un pueblo de los alrededores de Baquba, 60 kilómetros al norte de la capital, cuando manipulaban explosivos para la fabricación de una bomba, según fuentes policiales.