En contrapartida, los milicianos shiies esperan también la liberación de todos los seguidores de Al Sadr detenidos en cárceles iraquíes.
11 de octubre 2004.
Bagdad, (EFE).-Los milicianos del clérigo radical shii Muqtada al Sadr comenzaron hoy a entregar sus armas en el barrio bagdadí de Ciudad Al Sadr, donde en las últimas semanas habían librado cruentos combates contra las tropas estadounidenses.
El coronel de la Guardia Nacional Mehdi Charek Zair confirmó a EFE que "la recogida de armamento comenzó a las 09.00, hora local (05.00 GMT) en tres comisarías" de la zona, en virtud del acuerdo alcanzado hace dos días entre el gobierno iraquí y las milicias rebeldes, encuadradas en el conocido como Ejército Al Mahdi.
"El plan para la entrega voluntaria de armas pesadas y ligeras está en marcha y se lleva a cabo en los centros policiales de Al Yazair, Al Naser y Al Habibiya", puntualizó el oficial, quien precisó que varias personas se habían acercado esta mañana a la comisaría de Al Yazair para entregar sus armas.
"En una hora hemos recibido ya diferente tipo de armamento y material explosivo", explicó.
Reveló que se compensará con "dinero" a aquellos que decidan deshacerse de sus armas, aunque rechazó facilitar detalles, y aseguró que se va a "redactar una lista en la que se recogerá la cantidad y el tipo de armamento entregado en los centros".
Un oficial de la comisaría de Al Nasr, Kasem Husein, declaró también a EFE que en ese centro se habían recibido a media mañana sólo dos cohetes tipo ARPG y dos metralletas.
Entre los pocos que se acercaron a esa comisaria figuró Abdin Ali, miliciano shii de 29 años que declaró que "he venido a entregar mi única arma en respuesta al llamamiento de Muqtada al Sadr".
"Nosotros (los miembros del Ejército del Mehdi) debemos acatar y respetar las órdenes de nuestro líder", dijo.
Se desconoce hasta el momento la cantidad o el tipo de armas que han sido depositadas en la comisaría de Al Habibiya, ya que ninguno de sus responsables ha facilitado información al respecto.
Lo cierto es que durante esta mañana no se ha percibido gran movimiento ni de milicianos ni de armas en ninguno de los tres centros policiales del arrabal de Ciudad Al Sadr, donde residen unos dos millones de personas, en su mayoría shiies.
Tras arduas y tensas semanas de negociaciones, el pacto alcanzado por los representantes del Gobierno interino y los milicianos shiies prevé en contrapartida que las tropas estadounidenses dejen de asediar el barrio y que recobren la libertad los integrantes del Ejército Al Mehdi que se encuentran encarcelados.
El compromiso adquirido por ambas partes en Ciudad al Sadr, uno de los lugares más conflictivos del país, puede convertirse en un buen ejemplo y propiciar que se logren acuerdos semejantes en otros puntos calientes de Irak, como la provincia de Al Anbar.
El Consejero de Seguridad Nacional iraquí, Qasem Dauod, expresó en ese sentido el deseo de que el compromiso tenga éxito y pueda trasladarse a ciudades como Faluya y Ramadi, al oeste de Bagdad.
Pese a la buena nueva, la violencia volvió a sacudir hoy la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, donde un coche bomba estalló al paso de un convoy militar estadounidense y causó la muerte a varias personas, en una explosión que volvió a recordar que en el largo camino por recorrer no faltarán obstáculos.