Entrevista | Leticia Herrera de Lozano
(Esta conversación se da a un mes de que Leticia Herrera deje el cargo como Presidenta Municipal de Gómez Palacio; es la charla póstuma que en exclusiva nos concede).
LA INTENSIDAD DE LOS ÚLTIMOS INSTANTES
No importa que falten ya muy pocos días para la transmisión del poder; Leticia Herrera tiene en sus oficinas a tal cantidad de gente que es humanamente imposible darse abasto. Muchos vienen con peticiones, otros desean saludarla, despedirse y por qué no decirlo: también agradecerle. Llega hasta ella una mujer de condición humilde que trae como regalo una jaula con dos preciosas aves cantarinas. Leticia no puede esconder ya la emoción, sus ojos –al fin y al cabo el más profundo espejo del alma femenina- delatan, eternizan tres años intensos, difíciles, pero que temo fueron ya escritos en la memoria histórica de Gómez Palacio.
¿En qué momento y por qué razones decide lanzarse como candidata a la alcaldía?
Yo había estado desde hace doce años participando en campañas de diferentes personajes (militan-tes de mi partido) que perseguían diputaciones, gubernaturas o presidencias municipales, y al mismo tiempo realizaba distintas labores en el DIF. De ahí nace una inquietud de poder servir; tuve la oportunidad de contender en el año 2001 y aquí estoy gracias al voto de los gomezpalatinos.
Tener a un padre cuya actuación es calificada por amplios sectores de la ciudadanía como muy satisfactoria sin duda, sería un reto difícil de superar...
Un reto muy fuerte desde el inicio, pero ello me ha enseñado a trabajar y he seguido su ejemplo: entregarse al servicio público y actuar de forma congruente.
Por aquellas fechas había voces que criticaron su decisión de contender, dado que Carlos Herrera era presidente municipal. Se habló de formas cuasi dictatoriales únicamente destinadas al acrecenta-miento del coto de poder Herrerista. Usted finalmente termina por cerrarles la boca. ¿Cómo le hizo?
Efectivamente hubo aquéllos que afirmaban que yo había salido de la cocina rumbo a la oficina y que de política no sabía nada. Yo no creo que se necesite saber mucho de política para atender a un pueblo. A mí mi padre me dejó al término de su administración el mismo esquema -de puertas abiertas- y como usted puede ver, aquí se atiende a cualquiera en las necesidades que requieran en sus colonias o en sus comunidades rurales.
Ese momento de profunda soledad, del primer día de una mujer frente al poder; finalmente sentada en el despacho con mil responsabilidades frente a sí. ¿Cuál fue el primer pensamiento que pasó por su cabeza?
¡El primer pensamiento! ¿Y ahora qué voy hacer? (la Alcaldesa suelta una contagiosa carcajada) Pero bueno, sobre la marcha las cosas se fueron dando. Ya conocía algunos de los proyectos que se quedarían sin realizar por falta de tiempo y recursos y por ello nos avocamos a lo tangible. Esta administración buscó sacar adelante cosas que en la pasada no pudieron concluirse.
¿Cuáles eran por entonces sus prioridades, los asuntos más importantes que había que resolver?
Uno de los encargos fundamentales era no descuidar la atención al campo: servicios básicos hacia comunidades rurales.
Le pregunto a Leticia Herrera sobre los días malos, donde todo parece estar cuesta arriba y las cosas sencillamente no salen. ¿Qué la motivaba a seguir adelante? Afirma que fueron dos cosas: el sentido de la responsabilidad y la unión de los gomezpalatinos lo que confería fuerza a esta mujer en pos de abrir la caja de Pandora para así descubrir misterios tan característicos dentro del apasionante, pero al mismo tiempo ingrato mundo de la política mexicana y su picaresca.
“Al final del camino, lo que nunca se me va a olvidar, fue la oportunidad que se me dio. Teníamos las ganas, una enorme pasión por el trabajo y creo nunca nos disminuimos ante la adversidad. No tengo con qué pagar la confianza recibida”.
EL PODER O EL AFRODISÍACO MÁS POTENTE DEL MUNDO
¿Cómo mantener la cabeza fría y los pies en la tierra?
El poder es para atender y servir a la gente. Yo jamás he pensado en otros términos.
En un acto de honestidad, díganos ¿qué le faltó por hacer?
Faltan muchas cosas por hacer en Gómez Palacio. Veo que tres años son pocos para salir adelante; se necesita de muchos recursos. Me hubiera gustado –en coordinación con el Gobierno del Estado- hacer un distribuidor vial, pues lo considero necesario y espero que las próximas autoridades lo realicen, es urgente. También hace falta un medio rural con los servicios básicos, pues ellos también son gomezpalatinos y se merecen atención: en cuarenta años no hubo quién lo hiciera hasta que la pasada administración llegó a pavimentar los accesos a los caminos vecinales porque no era justo que la gente tuviera que salir a trabajar con los zapatos enlodados cuando llovía. Le puedo decir que al término de esta administración todos los accesos cuentan con pavimento.
Háblenos de los programas a la mujer.
Cuando andábamos en campaña, un reclamo generalizado de las mujeres era contar con un lugar para poner quejas frente al maltrato y la violencia familiar tanto física como mental; por ello creamos la Procuraduría Municipal para la Defensa y Atención de la Mujer y ha estado funcionando muy bien. Hay ocasiones en que tenemos cerca de trescientos casos al mes qué atender; se trata de dar terapias tanto individuales como de grupo. Ojalá se siga trabajando.
LA INEQUITATIVA DISTRIBUCIÓN DE LOS RECURSOS
Leticia Herrera hace hincapié en un hecho importante: hay que hacer múltiples gestiones para que los recursos hacia los municipios lleguen a tiempo, pero sobre todo lleguen completos.
La presidenta de Gómez Palacio se mira al espejo y le agrada su optimismo (a mí francamente me tiene encantado, pues tiene una concepción clara de la importancia de reír, pero ante todo de reír de sí misma). Sin embargo asegura no gustarle su nivel de perfección, el cual “no me he podido quitar por más que intento”, sentencia.
NUNCA DIGAS DE ESTA AGUA NO BEBERÉ
Leticia Herrera quiere dedicarse a su casa, pues afirma que inevitablemente termina por descuidarse; también pondrá mayor atención a sus negocios particulares. No echa en saco roto la posibilidad de volver a encabezar los destinos de Gómez Palacio, a pesar de ello estima no tomará la decisión hasta dentro de muchos años. Aquí cabe preguntarse cuántos.
¿Ya como ciudadana qué espera de la siguiente administración?
Muy buenas cosas, hay muy buena intención. Yo espero que tanto Octaviano Rendón como Ismael Hernández Deras, le den continuidad a todos los proyectos existentes para que Gómez Palacio siga creciendo y desarrollándose en el municipio que todos anhelamos porque la verdad hay que sentir pasión. Lo digo y lo seguiré diciendo: mis patrones son los gomezpalatinos, yo soy una empleada.
HABLA DE SUS VALORES
Mis padres nos inculcaron la congruencia entre el actuar y el decir. Recuerdo que Don Carlos fue muy claro cuando me dijo que iba a manejar dinero ajeno, y que hacer mal uso del mismo sencilla y llanamente se llamaba robo, por ende la necesidad de ser transparente. Ahorita viene a colación un dicho que reza: “Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”.
“Los halagos son como el perfume: hay que untárselos, no tragárselos”.
¿Cómo le gustaría que la recordara el pueblo que gobernó estos últimos tres años?
Como una mujer que hizo todo su esfuerzo por atenderlos y servirles; como la primera mujer que estuvo al cargo de este honroso puesto, pero sobre todo como alguien que dio todo su tiempo aún descuidando a su familia.
Una hora de entrevista y otras dos más en lo extraoficial. ¡Vaya que hay anécdotas! Me las quedo en el arcón de lo íntimo; en lo público deseo felicitar a Lety; puede irse muy satisfecha.