19 de febrero de 2004.
WASHINGTON, (AP).- El gobierno estadounidense anunció el jueves que enviará un reducido equipo militar a Haití para evaluar la situación de seguridad en ese país, sumido en un sangriento alzamiento.
Anteriormente, el secretario de Estado Colin Powell anunció que Estados Unidos junto con otros países presentará un plan de paz a los bandos rivales en Haití para poner fin al alzamiento allí.
El equipo militar estará integrado por tres o cuatro expertos del Comando Sur de Estados Unidos, el que se encarga del Caribe, dijo el portavoz del Pentágono Lawrence Di Rita.
Paralelamente, la Organización de Estados Americanos (OEA) debate en Washington su eventual apoyo a Aristide.
La reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, pedida con urgencia por Haití, ocurre un día después que el Consejo de Seguridad de la ONU instara a una solución pacífica en Haití.
Las autoridades de Estados Unidos, por otra parte, está preparadas para afrontar un posible éxodo de inmigrantes haitianos, especialmente en el estado de Florida.
En 1994, más de 25 mil haitianos se lanzaron al mar para buscar refugio en las costas de Florida, éxodo que tomó por sorpresa a Estados Unidos y creó bastantes problemas en ese estado.
El portavoz del Servicios de Guardacostas de Miami, Luis Díaz, informó de que existe un plan de contingencia del Departamento de Seguridad Nacional para evitar oleadas de inmigrantes como las de hace diez años, cuando huían del régimen militar haitiano que depuso temporalmente a Aristide de la presidencia.
Aristide, cuyo gobierno no ha podido controlar en la última semana ninguna de las poblaciones perdidas ante el impulso de rebeldes armados de oposición, reiteró hoy a los periodistas en Puerto Príncipe que no abandonará el poder.
El gobernante pidió a la población que apoye a la policía en su lucha contra la rebelión que se extiende por el centro del país, y cuyos cabecillas amenazan con extender a las ciudades del sur y del norte en los próximos días.
Aristide tuvo palabras de elogio para los policías muertos en las dos últimas semanas en enfrentamientos con el Frente de Liberación y Reconstrucción Nacional, que ocupa dos ciudades y varias poblaciones desde el pasado día 5 de febrero. Manifestó que su gobierno combatirá a los "terroristas" que controlan el centro del país, aunque matizó que esa lucha se llevará a cabo de "forma legal".
Mientras el gobernante aseguró que está dispuesto a "dar su vida por Haití", los grupos armados que apoyan su régimen afirman que han tomado medidas para enfrentarse a la rebelión.
El hallazgo a primera hora de hoy del cadáver de un hombre con un disparo en un barrio de Puerto Príncipe ha contribuido a aumentar la crispación en la capital, donde se han levantado barricadas incendiadas en las calles y apenas circulan automóviles.
René Civil, dirigente del grupo de seguidores de Aristide Juventud Poder Popular, y Paul Raymond, de Pequeñas Comunidades Eclesiales, llamaron a sus partidarios a preparar "todas sus armas" para evitar un "golpe de Estado".
Desde hace varios días, civiles armados afines al gobierno patrullan a primeras horas de la mañana y al final del día algunas zonas de la capital, haciendo controles de vehículos y amenazando en ocasiones a la población.
Según fuentes periodísticas, grupos de civiles armados están creando una situación de tensión en otras ciudades del país, medidas que son interpretadas por los observadores como una respuesta a las amenazas del Frente de desalojar por la fuerza a Aristide del poder.