En menos de 24 horas ocurrieron dos suicidios más en la capital del estado, sumando ya 74, donde un joven, al parecer por una depresión sentimental, se disparó un tiro en la cabeza; mientras una persona de 49 años, debido a problemas con su forma de beber, decidió escapar por la puerta falsa al ahorcarse de la regadera de su vivienda.
Jorge Aurelio Carrillo Vázquez, de 19 años, tomó la fatal decisión la noche del martes pasado, en la sala de su hogar ubicada en calle Dr. José Pérez Sánchez No. 116 de la colonia Los Encinos, después de hablar por teléfono con su novia, de nombre Miriam.
Conforme al testimonio que rindió su madrastra, Karla Ávila Alarcón, de 24 años, única persona que permanecía en la planta alta de la casa, indicó que poco antes de las 20:00 horas escuchó al hoy occiso discutir vía telefónica aparentemente con su novia. Sin tomarle importancia, volvió a sus ocupaciones.
No pasaron más de diez minutos cuando escuchó un fuerte estruendo que la sobresaltó y de inmediato bajó las escaleras para ver el cuerpo aún con vida de Jorge Aurelio, en medio de un charco de sangre, conservando aun la pistola calibre .38 Súper en la mano derecha y a pocos metros sobre un mueble el recado póstumo.
Paramédicos de la Cruz Roja acudieron al domicilio para proporcionar los primeros auxilios al moribundo jovenzuelo, presentando un impacto de proyectil de arma de fuego en la región parietal derecha y orificio de salida en el lado izquierdo. A pesar de los esfuerzos de enfermeras y cirujanos del Hospital General, murió la madrugada de ayer alrededor de las 04:20 horas tomando conocimiento el agente del Ministerio Público de turno.
En la breve nota señalaba lo siguiente: ?Los amo... díganle a Miriam que la amo... quiéranla como yo, échenle muchas ganas... saquen adelante a mis hermanos pues desde donde yo me encuentre los estaré ayudando... Los amo?; agregando además el templo al que deseaba fuera llevado su cuerpo para sus honras
Se colgó de la regadera
Cerca de nueve horas después, en el cuarto de baño de su hogar, Raúl Covarrubias Castrellón, de 42 años de edad, quiso poner fin a sus días y a su constante afición por el alcohol, siendo encontrado en esas condiciones por su hijo, Jesús Covarrubias Rodríguez, de 26 años.
El trágico suceso tuvo lugar en el número 104 de calle Quetzalcóatl, en el fraccionamiento Huizache II, después de que por la mañana Raúl le manifestó a su esposa que iba a cobrar un dinero que le debían. Al mismo tiempo padre e hijo salieron despidiéndose con la seguridad de que se verían por la tarde a la hora de la comida, pero nunca fue así.
Según la información recabada por la Policía Ministerial en el lugar de los hechos, don Raúl retornó antes y aprovechando la ausencia de sus familiares tomó una extensión eléctrica y la amarró a la regadera, en tanto el otro extremo lo fijó a su cuello para dejar caer todo el peso de su humanidad. Al cabo de instantes la falta de aire terminó por privarlo de la vida.
A su regreso fue Jesús quien lo encontró con el rostro deformado por el rictus de la muerte, pidiendo auxilio a la Cruz Roja para constatar que ya era demasiado tarde. Posteriormente llegó el agente del Ministerio Público para dar fe del deceso.
Ahorcamiento, principal medio para el suicidio
Durante el 2003, de los 69 casos que ocurrieron, en 36 se utilizó la asfixia por ahorcamiento como medio para quitarse la vida, mientras en 25 se emplearon armas de fuego de diferentes calibres.
En lo que va del año ya se contabilizan 75 autoinmolaciones, tres en el presente mes con 23 personas que utilizaron armas de fuego y 42 que se ahorcaron, incrementándose los casos de jóvenes que recurren a esta medida para acabar con sus problemas.
Numeralia.-
-En el 2002 la Procuraduría de Justicia tomó conocimiento de 89 suicidios
