La austeridad presupuestal y el elevado monto de gasto corriente en sueldos dejará un escaso margen de maniobra al Gobierno Federal para destinar recursos a inversión.
En 1990 la nómina del Gobierno Federal fue 4.3 veces su inversión, en 1997 luego del adelgazamiento de la burocracia, la proporción bajó hasta 1.9 veces.
Para 2000 la nómina del Gobierno Federal fue 4.6 veces su inversión y al cierre de noviembre pasado esa proporción subió a 8.3 veces.
Según estadísticas de Hacienda, la inversión física del Gobierno Federal cayó 29.6 por ciento entre 2000 y 2003, considerando en cada caso el lapso enero-noviembre para efectos de comparación.
La inversión física presupuestal, es el monto de recursos destinado a obra pública y renovación de bienes inmuebles en general y no incluye proyectos financiados con la Iniciativa Privada como es el esquema Pidiregas. En la comparación a largo plazo se observa un mayor deterioro.