Para el joven actor, Diego Luna, la actual escena política nacional es una suerte de película de terror, y los distintos aspirantes a suceder a Vicente Fox, una especie de monstruos. Sobre Andrés Manuel López Obrador, dice le gustaría que surgiera una figura que le permitiera evaluar con justicia al Jefe de Gobierno del DF, para no sólo ponderar el hecho de que sería el menos malo de los posibles.
El protagonista de cintas como Y tu mamá también, Nicotina, La Terminal y su más reciente incursión hollywodense, Criminales, califica a la política actual en nuestro país como una telenovela donde los principales actores –léase gobernantes, líderes de partidos y legisladores- se dedican sólo a llenar espacios, tiempo… “ni siquiera se trata de una película donde existen historias bien estructuradas”.
Lo más interesante del asunto no es que un actor emita opiniones contundentes, lapidarias sobre la actual escena política nacional, sin que tenga razón. Nuestros políticos y gobernantes se dedican a gastar el tiempo del país, llenando espacios con actitudes inconsecuentes, con pugnas partidistas y confrontaciones estériles entre quienes ponderan en todo momento su agenda personal, sobre los intereses superiores de la nación.
Andrés Manuel López Obrador puede resultar –para muchos, para la mayoría según las últimas encuestas- la mejor opción para 2006, pero tal vez no por la solidez de sus planteamientos ideológicos, por su honorable y exitoso cuadro cercano de colaboradores y menos aún, por dibujar líneas claras de lo que sería su gobierno… sino solamente por ser quien le haría menos daño al país.
Faltan cuadros jóvenes, sangre nueva, concluye el actor. Pero bien se podría agregar que falta también mayor compromiso de la sociedad para evitar que nuestra política no sea más que una telenovela, en donde los ciudadanos –ante la total ausencia de “buenos”- sólo tengan la opción de votar por el menos malo.