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Escuchar a un mar profundo y antiguo

PRIMITIVO JAVIER GONZÁLEZ MURUATO

Las pozas de Cuatrociénegas pueden revelar secretos, incluso para explorar si hay vida en Marte, revelan científicos.

EL SIGLO DE TORREÓN

CUATRO CIÉNEGAS, COAH.- Este municipio, que vio nacer en 1859 a Venustiano Carranza, guarda en sus entrañas secretos que podrían explicar el origen y diversidad de las especies vivas, según los investigadores que se aventuran en un proyecto binacional desde hace poco más de cuatro años, pero advierten que la continuidad de las investigaciones peligran por la sobreexplotación que hacen los productores agropecuarios de La Laguna.

Valeria Souza Saldívar, bióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo explica en una frase: esto es el principio de la guerra del agua, donde estamos a punto de dejar de ser un planeta azul si no lo cuidamos.

Souza Saldívar llegó ayer de nueva cuenta a este poblado para continuar con las investigaciones que realiza en coordinación con Universidades de Estados Unidos, financiadas por la NASA (Nacional Aeronautic Space Asociation).

La investigadora, con doctorado en Ecología Microbiana, asegura la existencia de un mar profundo y antiguo en las profundidades de este lugar, lo cual fue confirmado en fecha reciente por las Universidades de Arizona, Idaho y la UNAM, en base a muestras selladas en ciego con claves que no conocían los que hicieron los análisis y enviados a las instituciones.

Cuatro Ciénegas, enfatiza la bióloga, es un mar grande y antiguo en peligro de extinción y el agua profunda es la que sostiene los cientos de pozas y es lo que hace que haya especies que no hay en ningún otro lado del mundo.

Valeria explica: “Cuatrociénegas es especial porque tuvo una geología muy particular. Estaba en el punto donde Norteamérica, África y Sudamérica se juntaron. Donde se hizo el primer Golfo de México, ahí estaba Cuatrociénegas y desde entonces guardó el mar y nosotros tenemos una responsabilidad mundial en cuidarla”.

En 1999, recuerda, se elaboró el proyecto con la NASA, en 2000 recibieron los recursos y comenzaron las investigaciones.

El doctor Minckley, científico norteamericano fallecido hace dos años, fue el primero en intuir que esto era el mar y un hijo del investigador acudió con Souza Saldívar, en virtud que ella había estudiado con el más grande evolucionista de bacterias, Richard Lemski, y la invitaron a forma parte del equipo.

Luego de varios estudios en el laboratorio, llegaron a la conclusión que había que ir a la señal genética, dado que se perdía el 90 por ciento de la información, y comenzaron las visitas a este municipio.

Marte y los estromatolitos

En el mar, explica, se descubrió la manera de agarrar la luz del Sol, convertirla en azúcar y soltar oxígeno en el camino. “Eso que se llama fotosíntesis, de la cual vivimos en el planeta, cambió el estado de la atmósfera”.

Lo que hizo la fotosíntesis -cuenta al momento de tomar pluma y un papel, como si estuviera en su cátedra-, no sólo fue agarrar la luz del Sol y convertirlo en azúcar, sino atrapar el oxígeno y crear una atmósfera, lo no le pasó a Marte. “Sabemos que Marte tiene agua, es muy probable que tenga bacterias, pero nunca tuvo estromatolitos, no se dio la suerte de tener el invento maravilloso de la fotosíntesis”.

Ese invento genial ocurrió solo una vez en la Tierra y lo hicieron los estromatolitos hace miles de millones de años y las plantas que hacen posible que respiremos y comamos, lo hacen porque atraparon un estromatolito dentro de sus células y lo hicieron cloroplasto.

Ahora, enfatiza, en Cuatrociénegas existe la oportunidad de entender la vida antes de que hubiera cosas grandes, antes de que hubiera suficiente energía y suficiente azúcar atrapada por los estromatolitos.

La bióloga informó que los adelantos registrados de las investigaciones serán publicados en una revista científica reconocida cuyo artículo será denominado “El mar de Julio Verne”, sólo falta la elaboración de un dibujo geológico.

Científicos de renombre

Las investigaciones, destaca Souza Saldívar, han sido realizadas por científicos como el geólogo Jack Farmer, que en la actualidad maneja el Spirit en Marte desde un cuarto de Pasadena, California, donde le dictan las órdenes al robot.

El interés de la NASA, dice la bióloga mexicana, es porque si hay agua en Marte va ser como la de Cuatrociénegas; agua profunda y salada. “Lo que nos diferencia de Marte son los estromatolitos que hay aquí y qué mejor lugar para estudiar Marte que Cuatro Ciénegas”.

A la investigadora, que se apasionó ya de su trabajo en este municipio, le interesa saber si hay bacterias en Marte, “si leyeron el mismo manual de selección natural que los bichos de la Tierra. ¿Tendrán el mismo ADN?, ¿existe una sola manera de resolver el asunto vida en el Universo?. Son preguntas profundas para explicar el origen de la diversidad ¿Dios tiene una varita magica?, ¿Sólo una o diferentes?, es un poco como el origen de la Filosofía”.

Valeria Souza llegó con su equipo de colaboradores, acompañados de Janet Siefert, de la Universidad de Houston, Texas, experta en origen de la vida y Richard Castendoz, experto en estromatolitos, quienes de ayer por la tarde comenzaron sus investigaciones en las pozas de Churince.

Defensa por el agua

Esto es el principio de la guerra del agua, advierte, donde estamos a punto de dejar de ser un planeta azul si no lo cuidamos. “¿Qué les vamos a dejar a las siguiente generaciones? Y ese es uno de los otros temas de Astrobiología, es decir, ¿qué tanto puedes molestar al animal antes de que te pique?”.

Expuso que la etapa con la NASA ya terminó, es probable que en 2005 entrará de nueva cuenta, pero en la actualidad se trabaja con financiamiento de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por otros tres años, con tres millones de pesos, porque Cuatrociénegas tiene mucho que decir y hay que dejarlo platicar.

Como es del conocimiento general, en el Valle del Hundido, muy cerca de las pozas que son estudiadas, productores agropecuarios perforaron decenas de pozos para sembrar forrajes, lo que, a decir de la científica, pone en riesgo la investigación y no sólo eso, sino la vida en esta región.

-¿Qué hacer con los productores agropecuarios?, se cuestiona a la investigadora.

- “Yo los correría desde ayer, pero creo que los debemos convencer que el desarrollo sustentable es posible, de que se puede regar de otra manera. Tenemos que pasar de la cultura del desperdicio a la cultura de la conservación”.

SEGUIR EL RASTRO DE LA VIDA

Desde hace poco más de cuatro años, investigadores de México y Estados Unidos advierten que la continuidad de las investigaciones peligran por la sobreexplotación que hacen los productores agropecuarios:

*Valeria Souza Saldívar, bióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llegó con su equipo de colaboradores, acompañados de Janet Siefert, de la Universidad de Houston, Texas, experta en origen de la vida y Richard Castendoz, experto en estromatolitos, quienes de ayer por la tarde comenzaron sus investigaciones en las pozas de Churince.

*La investigadora sostiene que existe un mar profundo y antiguo en las profundidades de este lugar.

*Este planteamiento fue confirmado por las Universidades de Arizona, Idaho y la UNAM, en base a muestras selladas en ciego con claves que no conocían los que hicieron los análisis y enviados a las instituciones.

*En 1999 se elaboró un proyecto con la NASA, en 2000 recibieron los recursos y comenzaron las investigaciones.

*Hay interés de la NASA en realizar estudios en Cuatrociénegas porque si hay agua en Marte va ser como la de la región; agua profunda y salada.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

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