Madrid, (EFE).- Un equipo de científicos españoles ha desarrollado y experimenta desde hace tres años una técnica pionera en el mundo para el cultivo de piel humana en el laboratorio a partir de la dermis del propio paciente.
Así lo explicó el jefe del equipo de ingeniería de tejidos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y director de la Fundación Genoma España, el investigador José Luis Jorcano.
El científico explicó que la técnica afronta ahora el reto de ser capaz de combatir las infecciones y regenerar los vasos sanguíneos.
Según Jorcano, en el proyecto participan desde hace cuatro años la Cruz Roja de Oviedo, (en el Principado de Asturias), donde se realiza el "cultivo" de la piel, y la Unidad de Grandes Quemados de Getafe, en Madrid, y desde hace unos meses varios hospitales de Sevilla, Valencia, Barcelona y Bilbao.
Aunque el proyecto inicial era el ensayo con 18 pacientes con quemaduras y veinte con úlceras crónicas, desde el 2001, cuando se iniciaron los trasplantes en humanos, han sido tratadas cuarenta personas con quemaduras y otras tantos con úlceras.
El científico explicó que la técnica parte del "cultivo" en el laboratorio de dos centímetros de piel con la que, al cabo de tres semanas, se obtienen dos metros cuadrados de dermis y epidermis, divididas en láminas de 75 centímetros, suficientes para reparar una afección del 60 por ciento del cuerpo.
La nueva piel comienza a "tomar" o a ser asimilada por el cuerpo normalmente en una semana, y los fragmentos que han sido rechazados pueden ser repuestos, dijo Jorcano.
Según el científico, "en todo este tiempo hemos aprendido muchas cosas y ahora generamos, por ejemplo, una capa de fibrina (la estructura que facilita la cicatrización) más gruesa que la que originábamos hace tres años".
"Los cambios más importantes" en la técnica "están por llegar", según Jorcano, porque aunque "la inmensa mayoría de los tejidos repuestos funcionan muy bien", los quemados "presentan dos graves complicaciones: las infecciones y la formación de vasos sanguíneos o neoangiogénesis".
Tampoco es "perfecto" el aspecto cosmético -dijo-, ya que "el lecho" de la piel es fundamental y los cirujanos, en el caso de los grandes quemados, a veces tienen que hacer el trasplante directamente en el músculo profundo.
Para superar esos inconvenientes, los científicos implicados en el proyecto ensayan con tejido adiposo, con células endoteliales, y en "la alteración genética" de las células que se van a trasplantar para que incluya un factor de crecimiento de los vasos sanguíneos.
Además, ensayan modelos que incluyen péptidos antimicrobianos para ayudar a combatir las infecciones.
El jefe del equipo de ingeniería de tejidos del CIEMAT añadió que hasta ahora no han prestado "mucha atención" al ensayo con células madre, porque ellos ya las mantenían en sus cultivos, pero en los próximos años se prevé trabaja también en esa línea.
El valor de la técnica del equipo español y lo que la hace diferente de cualquier otra en el mundo es la posibilidad de regenerar la piel en su totalidad, es decir, la dermis y la epidermis, "con su arquitectura, compartimentos y celdas".
Su aplicación en quemados, para lo que está previsto que se cree un centro de referencia en Oviedo, no se comercializará pero se "negocia con algunas empresas interesadas" para otorgar la licencia y hacerlo en lo que se refiere a las úlceras crónicas.
José Luis Jorcano, Alvaro Mena, del Centro de Transfusiones de la Cruz Roja de Asturias, y Purificación Holguín, de la Unidad de Quemados del hospital de Getafe, firman un artículo sobre el proyecto que publicará la revista "Transplantation" en su edición del 15 de febrero próximo.
