Niegan a delegados del OIEA tener acceso visual a las centrífugas donde el uranio es enriquecido.
AP
RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Funcionarios brasileños expresaron su optimismo ayer en cerrar un acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para la inspección de una planta de enriquecimiento de uranio.
Por meses, Brasil ha negado a inspectores del OIEA tener acceso total visual a las llamadas centrífugas -o donde el uranio es enriquecido- en la planta de Resende, a unos 100 kilómetros al noroeste de Río de Janeiro.
El lunes, tres inspectores del Organismo llegaron a Brasil para una visita de tres días y discutir una propuesta brasileña de inspección para la nueva planta.
Brasil mantiene que los sistemas de centrífugas en Resende usan una tecnología desarrollada en el país y que podría ser robada por otras naciones si se permite su observación.
El martes, los tres delegados del OIEA -de Francia, Estados Unidos y Sudáfrica- pasaron seis horas y media en la planta, donde se les permitió ver las tuberías y válvulas de las centrífugas.
No se les permitió, sin embargo, ver las centrífugas completas.
Los delegados del OIEA no hablaron con la prensa y se reunirán nuevamente con autoridades brasileñas antes de regresar a Viena. ?Esperamos que el Organismo pueda oficialmente anunciar... su opinión en relación al trabajo de los técnicos brasileños? en la planta y así tener luz verde para su funcionamiento, dijo el ministro de Ciencia y Tecnología, Eduardo Campos, a reporteros en el Palacio de Gobierno, en Brasilia.
?El Gobierno brasileño ha sido constructivo intentando encontrar una solución apropiada?, dijo Melissa Fleming, vocera del OIEA, desde las oficinas de la agencia en Viena.
Los inspectores regresarán a Viena para presentar su reporte, y después se anunciará una decisión, agregó.
Fleming dijo esta semana que los inspectores necesitaban ?acceso físico a partes que son cruciales para determinar que todo el material nuclear es contabilizado y no sale de la instalación?.
Brasil mantiene que su nueva propuesta, permitiendo ver las tuberías, cumple con esos requerimientos.
En caso que el OIEA acepte la propuesta brasileña, enviará a otro equipo a Brasil para una inspección y la planta podrá comenzar a operar.
Brasil busca usar el uranio enriquecido en Resende en alimentar sus plantas de Angra I y Angra II, en Río de Janeiro, y que generan 4.3 por ciento de la electricidad del país.
El enriquecimiento de uranio a bajos niveles se utiliza en la generación de energía. Grados más altos de enriquecimiento sirven para armas nucleares.
Brasil dice que los niveles de enriquecimiento de uranio en Resende no permiten la fabricación de armas, y que los fines pacíficos de su programa nuclear están consagrados constitucionalmente.
Pero su negativa -no dejando que los inspectores vean totalmente las centrífugas- ha generado críticas, dentro y fuera de Brasil, afirmando que daría motivo para que países como Corea del Norte e Irán se sientan excusados a cumplir con normas del OIEA.
