Reuters
BAGDAD, IRAK.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, realizó ayer una sorpresiva visita a Irak para evaluar la seguridad tras un atentado que dejó al menos a 13 policías muertos y ante la inminente entrega del poder a los iraquíes.
Rumsfeld, en su cuarta visita a Irak tras la invasión de Estados Unidos el año pasado, fue recibido en el aeropuerto de Bagdad por el administrador estadounidense Paul Bremer.
Bajo un estricto operativo de seguridad, el secretario mantuvo encuentros en Bagdad con altos funcionarios a cargo de las tropas estadounidenses en Irak.
Rumsfeld determinará si la policía iraquí y las fuerzas de seguridad podrán tomar mayores responsabilidades de los soldados estadounidenses luego que se entregue el poder a los iraquíes el 30 de junio.
Un ataque suicida en la norteña ciudad de Kirkuk en la mañana de ayer, donde un suicida estrelló un coche bomba contra una comisaría, dejó al descubierto la magnitud de los problemas que enfrenta Estados Unidos.
El teniento de la policía Salam Zangana dijo que el atentado, el último de una campaña en contra de los iraquíes que están cooperando con las tropas de ocupación estadounidense, había costado la vida a 13 policías y causado heridas a otras 51 personas.
“Partes del suicida, sus piernas y manos, fueron encontradas dentro de la estación de policía”, dijo Amjad Reda, un policía que resultó levemente herido durante el ataque.
Grandes manchas de sangre cubrían la nieve en el suelo luego de que el suicida estrellara su auto en la puerta de la estación de policía.
Armada con rifles de asalto AK 47, la policía iraquí suele quejarse de que las tropas estadounidenses no les brindan protección contra los ataques suicidas a sus bases.
La guerrilla iraquí ha matado más de 300 policías porque consideran que cooperan con las fuerzas de ocupación estadounidense.
