Agencias
SINGAPUR, SINGAPUR.- Al menos 50 personas resultaron heridas por dos explosiones registradas ayer en un complejo petroquímico en la localidad de Gresik, al este de la isla indonesia de Java, sin que se conozcan las causas.
Las explosiones se registraron ayer por la tarde casi de manera simultánea alrededor de las 15:00 horas de Yakarta, provocando un grave incendio, que hasta anoche no había sido controlado.
La policía en Gresik informó que al menos 11 unidades de bomberos de la localidad y la vecina Surabaya, capital de la provincia de Java Oriental, tratan de controlar el incendio, que amenaza con extenderse a otro sector de la petroquímica.
Un policía declaró que “se escucharon dos explosiones y una columna de humo negro subió hacia el cielo” del complejo petroquímico, propiedad de la sociedad Petro Widodo, según informes de prensa conocidos en esta ciudad-Estado.
El número de heridos puede aumentar e incluso puede saldar alguna víctima mortal, debido a que podrían haber empleados atrapados dentro del complejo petroquímico, según reportes de los servicios de rescate y bomberos.
El incendio, cuyas causas se desconocen, afectó varios depósitos de almacenamiento de productos químicos, como amoníaco, lo que provocó que las llamas alcanzaran hasta unos 50 metros de altura.
Un habitante, cuyas oficinas se encuentran a dos kilómetros, relató a la televisión local que la explosión había sido “como un terremoto”.
Por otra parte en Argelia una explosión, aparentemente accidental, destruyó la madrugada de ayer el enorme complejo gasístico de Skikda, en el este Argel y provocó la muerte de al menos 27 trabajadores al tiempo que causó heridas a otros 74, según informó APS, la agencia de prensa argelina.
“Todo temblaba y los cristales de mi piso volaron en añicos tras la explosión sorda”, declaró a la radio pública una vecina de Skikda, localidad situada a unos 500 kilómetros de Argel.
Ante la magnitud del desastre, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, interrumpió ayer una visita a Constantina para desplazarse hasta Skikda donde prometió “renovar la zona industrial para borrar las secuelas de la catástrofe”.
Un puñado de trabajadores abuchearon a Buteflika a su llegada al complejo industrial que emplea a unos 12 mil operarios. Se lamentaron a gritos de que nadie les hiciese caso cuando advirtieron de que un accidente podía ocurrir porque la caldera funcionaba de forma defectuosa.
Las autoridades argelinas han abierto una investigación sobre las causas de la explosión que fue precedida, según testigos presenciales, por extrañas vibraciones de la caldera y las válvulas.
La devastación provocada por la explosión supone un duro golpe para la economía argelina porque, por razones de seguridad, ha sido también paralizado el funcionamiento de la refinería adyacente que procesaba a diario 335 mil barriles.