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Estimado director

Sergio Sarmiento

“Seré rico en la medida en que mis ingresos sean superiores a mis gastos y mis gastos sean iguales a mis deseos”.

Edward Gibbon

Muy estimado doctor Horst Koehler, director gerente del Fondo Monetario Internacional:

El grupo de estudio que encabezo ha terminado de realizar la investigación para el país de referencia. Me temo que las perspectivas no son positivas. El Gobierno de ese país insiste, por razones ideológicas, en mantener una política económica insostenible. No solamente registra un déficit de presupuesto de grandes dimensiones sino que lo utiliza para financiar un gasto improductivo.

El país en cuestión, curiosamente, era uno de los pocos del mundo que mantenía un superávit en su gasto público hasta el año 2000. En ese año el excedente de sus financias públicas fue de 300 mil millones de dólares. Un nuevo Gobierno, sin embargo, cambió las políticas económicas y ha transformado ese superávit en un déficit que este año alcanzará los 500 mil millones de dólares. Se trata, señor director gerente, del mayor del mundo.

El Gobierno de ese país ha tomado una serie de medidas populistas sin ninguna atención a sus posibles consecuencias económicas. Así, realizó una serie de recortes a los impuestos, algunos de los cuales podrían haber sido positivos —como el que evita la doble tributación en los dividendos de las empresas— pero no en la magnitud en que se hizo. Estos recortes, por otra parte, favorecieron fundamentalmente a las familias más ricas del país, lo que disminuyó su posible influencia en un aumento del consumo.

Los recortes en los impuestos podrían haber impulsado a la economía si se les hubiera dejado operar por sí solos. Pero fueron combinados con un aumento espectacular en los egresos públicos. Tan sólo el gasto militar creció 27 por ciento en términos reales en los últimos dos años. Además, el Gobierno ha aprobado nuevos y costosos programas de apoyo social, como una expansión del programa de subsidio a las medicinas, que se convertirán en un enorme lastre para la economía en los próximos años.

El fuerte déficit de presupuesto se ha aunado a un profundo déficit de cuenta corriente. En determinadas circunstancias, como usted lo sabe señor director gerente, un déficit de cuenta corriente puede ser un indicador positivo para la economía, ya que puede señalar un influjo de capital para inversión. Este no es el caso, sin embargo, del país de referencia. El déficit de cuenta corriente es producto directo de un aumento artificial en el consumo. Lo genera por una parte el excesivo gasto público, pero también un endeudamiento exagerado a todos los niveles de la sociedad. Los niveles de deuda familiar y empresarial de este país son los mayores del mundo.

No existe la cultura del ahorro y en cambio el crédito es visto, más que como un instrumento para adquirir bienes de consumo o de capital, como una forma normal de vivir. El Gobierno se ha endeudado también de manera muy importante, debido a que se ha visto obligado a emitir bonos de tesorería para financiar su déficit de presupuesto. Buena parte de estos bonos están en manos de extranjeros que están perdiendo la paciencia ante lo que perciben como la irresponsabilidad del país en cuestión.

Usted sabe, señor director gerente, que a mí me ha tocado analizar la situación de muchos otros países en problemas que han acudido al Fondo a solicitar capital de urgencia. Recordará usted mi trabajo en México en 1995, en el sudeste de Asia en 1997, en Rusia en 1998 y en Argentina de manera recurrente desde 2001. La verdad, sin embargo, es que nunca me he encontrado con una irresponsabilidad financiera que sea tan peligrosa para el mundo. Las dimensiones de la economía del país de referencia hacen que, si no se toman medidas drásticas para solucionar sus problemas, el consecuente desplome económico sería de tal magnitud que podría arrastrar al mundo entero. Estamos hablando aquí de una crisis que haría palidecer la Gran Depresión del siglo pasado: quizá no ahora ni mañana, pero sí en los próximos años.

Aceptar la solicitud de fondos de emergencia del Gobierno de este país, sin exigir una reforma a fondo de sus políticas económicas y fiscales, sería tanto como tirar dinero a la basura. Pero más aún, se estaría abonando el terreno para esa inevitable crisis económica. Por esa razón, le sugiero fuertemente, señor director gerente, que el Fondo Monetario Internacional rechace la aprobación de un paquete financiero de emergencia para el Gobierno de los Estados Unidos de América.

Japón-México

Las economías de Japón y México son complementarias. La falta de concreción de las negociaciones para un tratado de libre comercio entre ambos es, así, un golpe a los consumidores y trabajadores de los dos países.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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