Madrid (Notimex).- El poder y la violencia son factores que contribuyen a la perversión del lenguaje, que tiene consecuencias en el pensamiento de la población, señalaron expertos al analizar este fenómeno.
En el Círculo de Lectores de Madrid, los analistas Sami Nair, José Antonio Millán y Xavier Antich se reunieron en el seminario "La perversión del lenguaje", en el que se analiza "la perversión del significado, de términos hasta ahora aceptados".
"El tema de la perversión del lenguaje no tiene solución porque es perverso por naturaleza, pues las palabras plantean problema", señaló Nair.
"Pero hay que tener en cuenta que el lenguaje es un acto performativo, que tiene consecuencias y que influye en el pensamiento de la gente", agregó.
Señaló a los medios de comunicación como parte de los responsables de este fenómeno, porque lenguaje que es percibido por toda la sociedad "tiene consecuencias en la vida diaria en el comportamiento y pensamiento de la gente".
Expuso que el lenguaje es "una relación de fuerzas de poder", y como ejemplo de ello citó que la palabra "inmigrante" en forma negativa hace una referencia "a un ser denominado".
Naír, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y eurodiputado, añadió que en la guerra en Irak se "demonizó" al régimen de Saddam Hussein y "se creó un lenguaje para justificar una conquista colonial".
El lingüista español José Antonio Millán subrayó que otro factor de perversión proviene "del lenguaje de las imágenes, los iconos", y los diálogos ya automatizados, a la vez que denunció "verborrea de palabras".
Mencionó como ejemplo de ello a los canales de información, a la propaganda, los folletos, "en lo que se hace un sustitución del lenguaje con estos elementos".
Con ello, y con una modificación de la forma de lanzar los mensajes, consideró que más allá de ocultarse información, hay "violencia y un posicionamiento de superioridad" desde los círculos de poder.
El filósofo español Xavier Antich dijo que en todos ellos existe "la perversión de la mentira, de lo que no es o de lo que no se da", y que además no sólo está en la información, sino en el lenguaje cotidiano de las persona.
"La mentira como instrumento político, que se llama conjunción neoconservadora, creada por el gobierno de Estados Unidos y alimentada por el principal arquitecto de la política exterior de ese país, Leo Strauss", aseguró.
Pidió ética, autocrítica y responsabilidad para recuperar el valor de las palabras y que mantengan su función civilizadora.
