Río de Janeiro, (EFE).- Un estudiante de psicología asesinó a cuchilladas a su madre y a su hermana en Río de Janeiro, supuestamente en medio de una crisis de abstinencia a las drogas, y no demostró ningún arrepentimiento por el parricidio, según informaron varios medios de prensa locales.
El comisario Marcus Alves, uno de los policías que detuvo a Daniel Neves Mentzingen, señaló en declaraciones a la prensa que el homicida de 26 años confesó el delito y aseguró que volvería a cometerlo si pudiera regresar en el tiempo.
"El no lloró en ningún momento. Fue frío todo el tiempo y no presentó ninguna señal de remordimiento", agregó Alves respecto a las explicaciones que el estudiante dio sobre el crimen cometido.
"Yo la agarré con la mano izquierda y le metí el cuchillo en su estómago con la derecha. Ella empezó a gritar y me imploró que parase. Mi hermana llegó adonde estábamos y le metí el cuchillo a ella también", recordó Neves Mentzingen, quien mató a sus familiares en una casa de un condominio de clase media alta carioca.
Según distintas versiones de prensa, algunos vecinos escucharon los gritos y acudieron a la casa para averiguar qué ocurría, pero cuando llegaron encontraron a Jane Neves Mentzingen, de 52 años, y a su hija Juliana, de 27, ya sin vida.
Habitantes de la vecindad denunciaron el crimen a la policía, que no encontró resistencia para detener a Neves Mentzingen.
Fuentes policiales añadieron que el parricida informó de que es consumidor de estupefacientes desde hace 12 años y que le molestaban los frecuentes retos que sus padres le hacían por su conducta.
El estudiante de psicología recordó que pocos minutos antes de matar a ambas mujeres, su madre le había reclamado porque había pasado toda la noche fuera de casa.
Alceu Mentzingen, padre del estudiante, un economista de 54 años, estaba trabajando cuando ocurrieron los hechos, pero se encuentra bajo cuidados médicos por el choque emocional que sufrió al ser informado del doble asesinato.
Daniel Neves Mentzingen deberá ser juzgado los próximos días y podrá ser condenado a una pena máxima de 30 años de prisión.
