EFE
TRIESTE, ITALIA.- La esperada contrarreloj individual de la 87 edición del Giro’04, de 52 kilómetros en un circuito de la localidad de Trieste y sus alrededores tuvo claro color ucraniano, pues el triunfo fue para Sergey Honchar (De Nardi) y su compatriota Yaroslav Popovych (Landbouwkredit) se enfundaba la camiseta de líder.
El triunfo de Honchar no es ninguna sorpresa. Es uno de los grandes especialistas en esa modalidad ciclista y en esta ocasión no falló en un trazado que no le iba nada mal al ser de fuerza, de esos en los que se pone un desarrollo fuerte y apenas hay que trabajar con el cambio.
Su registro fue de una hora, seis minutos y 45 segundos, mientras que el australiano Bradley McGee, ganador del prólogo, necesitaba 18 segundos más y el nuevo líder Popovych 34 segundos. Los italianos Garzelli, Simoni y el hasta entonces líder Cunego se dejaban dos minutos y medio en el caso de los primeros y el joven Cunego más de tres.
Popovych ganaba su guerra particular y pasa a ser líder con tres segundos sobre Honchar y 1:02 con respecto al australiano McGee; mientras que Simoni es cuarto a 1:27, Pellizotti sigue a 1:32, Cunego a 1:48 y Garzelli a 2:31 minutos.
Diferencias que sin ser importantes dejan la general en un pañuelo y con Popovych en condiciones de repetir podio, además de hacer historia, ya que pasa a ser el segundo corredor de ese país en vestir la camiseta de líder. El anterior, curiosamente, fue el ganador de la etapa Honchar, en la edición de 1998, que terminó ganando el malogrado Marco Pantani.
La esperada contrarreloj individual dejó las cosas prácticamente como estaban, pues el duelo particular entre los dos grandes candidatos a los primeros peldaños del podio final, los italianos Gilberto Simoni y Stefano Garzelli quedó en tablas, aunque Popovych arañó unos cuantos segundos y con ello presenta sus credenciales para el podio final.
Un crono que apenas despertó expectación, pues muchos de los especialistas ya se han marchado para casa, entre ellos el español Juan Carlos Domínguez, por lo que los candidatos al podio aumentaron debido a la igualdad, a pesar de que ilustres como el ucraniano Sergey Honchar, uno de los veteranos del pelotón y ganador en tres cronometradas de la carrera italiana y también del mundial de la especialidad en el año 2000.
Honchar tuvo su día de gracia y aunque le tocó salir en unos momentos en los que la lluvia hizo acto de presencia, sacó a relucir su clase y experiencia y a mitad del trazado ya marcaba el mejor registro que estaba en poder del italiano Marzio Bruseghin, viejo conocido de la afición española, ya que durante muchos años defendió los colores del antiguo Banesto, ahora Illes Balears, paró el cronómetro en una hora, siete minutos y 29 segundos.
Faltaban por salir los primeros de la general, pero el crono de Bruseghin pasaba a ser una marca infranqueable, pues esa pista de patinaje en la que se había convertido el circuito, en condiciones normales de fuerza, al ser prácticamente un par de rectas, con el inconveniente del viento al discurrir la carrera cerca de la costa, hizo que los Simoni, Garzelli, Cunego y otros especialistas tuvieran que extremar las precauciones.
Prueba de lo complicado que se había puesto el terreno es el castañazo; el derrape que protagonizó el italiano Gilberto Simoni, vencedor el pasado año y en el cual perdió un buen puñado de segundos en esa vuelta a empezar.
La decimocuarta etapa unirá la localidad italiana de Trieste con la croata de Pula Pola, de 175 kilómetros y el alto de Svi Sveti, catalogado de segunda categoría y ubicado en el kilómetro 54, por lo que todo hace pensar que es el marco ideal para las aventuras y especialmente para el lucimiento de los esprinters que, en la presente edición del Giro, están ganando claramente la partida a los trotamundos de la carrera.