16 de junio de 2004
Coimbra (Portugal), (EFE).- La escasa fortuna del inglés David Beckham en el Real Madrid esta temporada ha tenido continuidad una vez instalado en la Eurocopa de Portugal con su selección, después de fallar, en el primer partido, un penalti vital para los intereses de su equipo en el torneo.
Quizá es el jugador más conocido del mundo, sin ser, ni mucho menos, el mejor. De él se dice que su golpeo de balón con la pierna derecha es insuperable y que su especialidad son los lanzamientos a a balón, si bien, uno de ellos le condenó ante Francia.
Con 1-0 en el marcador, Beckham, el especialista de Inglaterra desde el punto de penalti, falló y, sin saberlo, condenó a su equipo, ya que en el tiempo añadido el 'mago' Zidane se sacó de su chistera dos goles con los que revertió la desventaja.
Mañana, ante Suiza, Beckham tiene la oportunidad de redimirse. la mejor forma de hacerlo liderando un triunfo que mejore la situación y saque a su selección de la última plaza de su grupo en esta primera fase.
Sus intenciones son buenas. Se ha apresurado a decir que si hay otro penalti lo lanzará. Beckham está necesitado de un éxito personal, después de que los flashes de los fotógrafos, más que su vertiente deportiva, capten momentos de su vida personal.
En la primera jornada, si el destino llega a querer que marcase el gol de penalti, tal vez, hubiese sido el mejor de su equipo, pero tras fallar lo sus buenas intenciones anteriores al lanzamiento quedaron en el olvido.
Tras una temporada oscura y un mal comienzo de Eurocopa, Beckham quiere volver a ser el mismo de antes. A tener a punto ese disparo que indujo a los científicos de Sheffield a estudiar las claves de la habilidad del capitán inglés.
Su pegada en faltas a balón parado no es casualidad. Lleva ensayando muchísimos años. Empezó con siete años en el parque de al lado de su casa, Chase Lane Park.
Y si no estaba allí, ensayando sus tiros libres, lo hacía con su padre. Primero en el jardín. Pero cuentan que su madre les 'invitó' a marcharse de ahí porque estaban destrozando los "arriates" (celosías de los jardines para enredar las plantas o para hacer divisiones) a base de balonazos.
Entonces, Beckham empezó a entrenar su lanzamiento de falta en un equipo local de Londres, llamado Kingfisher, en el que jugaba su padre, que se ejercitaba pasado el cinturón de circunvalación de Londres. Cuenta el centrocampista madridista que todos los puntos fuertes de su juego son los que le enseñó su padre Ted hace veinte años.
Procedente de las categorías inferiores del Manchester, en la temporada 1995/96 se hizo con un hueco en las alineaciones de Sir Alex Ferguson. Ya ha coleccionado tres Ligas y una Copa de Europa.
Tras muchos años en el primer equipo siendo la estrella de los diablos rojos, el año pasado tuvo que marcharse al Real Madrid por sus malas relaciones con Ferguson.
Aterrizó en Madrid en loor de multitudes. Se esperaba de él a un jugador que a parte de vender millones de camisetas anotase muchos goles de falta y fuera decisivo a balón parado. La primera premisa está cumplida. La segunda no tanto.
Por eso, y pese a un mal comienzo, sueña con esta Eurocopa. Primero por egoísmo. Y segundo porque es inglés, y ser capitán de Inglaterra no es sólo un título. Es algo más. El lo sabe. Y luchará por enderezar tanto su situación personal como la del equipo. Suiza espera para saber si el objetivo de David es factible