25 de junio de 2004
Lisboa, (EFE).- La selección de Francia, que ha caído eliminada de la Eurocopa por Grecia en los cuartos de final, ha completado el "póquer de ases" que se marcha a casa antes de tiempo, junto con España, Italia, Alemania e Inglaterra.
España fue la primera en dar la sorpresa al caer en la primera fase de la competición después de ganar a Rusia, empatar con Grecia y perder en el tercer y último encuentro contra Portugal.
Italia siguió el camino de los españoles y también se fue de Portugal sin superar, siquiera, la primera fase, lo mismo que Alemania, que reeditó el fracaso de la Eurocopa de 2000, cuando quedó apeada a las primeras de cambio.
Inglaterra no pudo con el coraje de Portugal, que le derrotó en la tanda de penaltis después de un emocionante y vibrante encuentro de cuartos de final, y Francia completó ante Grecia el quinteto de selecciones que partían como favoritas y que han ya quedado eliminadas.
Grecia jugará la semifinal contra el vencedor del partido entre la República Checa y Dinamarca, mientras que la otra semifinal la disputarán Portugal y el vencedor del Holanda-Suecia.
El inesperado KO de los "bleus" ante Grecia provocó la euforia entre los cinco mil aficionados helenos que asistieron al José Alvalade de Lisboa.
El gol de Charisteas en la segunda mitad enmudeció a los franceses e hizo explotar de júbilo a los griegos, que desbordaron su alegría cuando el árbitro señaló el final del encuentro.
Con la eliminación, Francia cierra un ciclo. Lo franceses se fueron del pasado Mundial de Japón y Corea en la primera fase y ahora, en Portugal, donde defendían el título logrado en Holanda en el 2000, vuelven a cosechar otro fracaso que podría tener consecuencias.
Francia dejó entrever desde el primer encuentro que no es la misma que reinó sin competencia en el Mundial del 98 y la Eurocopa del 2000.
Su fútbol no es el mismo, algo que ha quedado en evidencia en Portugal, donde ha vivido de los goles de Zinedine Zidane. Francia ha estado muy por debajo de las expectativas creadas. Su juego ya no asombra y sus jugadores no tienen la chispa de la que gozaban hace cuatro años.
Ante Grecia, un rival que se limitó a defender de forma ordenada y que aprovechó la única ocasión en la que se acercó con peligro a la portería de Fabian Barthez para marcar, se mostró impotente para penetrar entre la retaguardia griega y ofreció una muy pobre imagen, lo que ha precipitado su vuelta a casa.