OPORTO, PORTUGAL.- Un gol de plata de Traianos Dellas clasificó, contra todo pronóstico, a Grecia para la final en la que, al igual que sucedió en el partido que sirvió para inaugurar el torneo, se encontrará a Portugal.
Perdonó la República Checa a su rival durante el partido y lo pagó en la prórroga, ya que, principalmente en la primera parte, los checos desperdiciaron numerosas ocasiones de gol. Ahora los griegos tratarán de consumar la sorpresa más grande de la historia del torneo ante un rival, Portugal, que buscará la revancha de la afrenta del primer día del torneo.
El partido empezó con el guión esperado. La República Checa decidida al ataque y Grecia a la expectativa, pero con el orden del que ha hecho gala habitualmente durante la competición, aunque la voracidad ofensiva checa puso el miedo en el cuerpo a los griegos.
A un disparo al larguero de Tomas Rosicky a los tres minutos le siguió, poco después, una sobresaliente intervención del meta griego Antonio Nikopolidis a un duro disparo de Marek Jankulovski, que fue el auténtico azote para Grecia en el primer tiempo.
Tras calmar el ciclón inicial de los checos, Grecia se asentó en el terreno de juego e incluso se atrevió a acercarse a los dominios de Petr Cech. En esta mejoría del conjunto heleno tuvo mucho que ver Georgios Karagounis, quien se hizo con el balón y calmó las arremetidas checas. La situación había cambiado y Grecia controlaba las acciones.
Sin embargo, los latigazos ofensivos del equipo de Karel Bruckner obligaron a Nikopolidis a emplearse a fondo y, hasta en dos ocasiones más evitó que los checos abrieran el marcador en el primer tiempo.
En el tramo final de este periodo, la República Checa sufrió un contratiempo importante al perder por lesión a su buque insignia, el centrocampista Pavel Nedved. Una incidencia que podía afectar el ritmo de juego del centro del campo checo.
El segundo periodo se abrió con la incógnita de cómo encajaría el equipo de Bruckner la ausencia de su “jefe” Nedved, aunque pronto quedó claro que el conjunto checo no perdió su espíritu y desde el inicio se fue en busca de la portería griega.
Un agarrón de Traianos Dellas a Jan Koller en el área no fue considerado por Pierluigi Collina como penalty en la jugada más conflictiva del partido, poco después de que el propio Koller estuviese a punto de marcar pero el balón chocó contra su compañero Milan Baros.
Grecia aguantaba las acometidas de su rival y, cuando podía, buscaba su oportunidad para marcar. El partido entró en la fase que más le convenía al conjunto de Rehhagel, que buscaba un resquicio en la defensa rival para dar la sorpresa.
Las continuas interrupciones en el último cuarto de hora cortó el ritmo anterior del partido por completo, pero los checos recuperaron el pulso ofensivo que ha marcado su juego en el torneo y estuvo cerca de matar el partido. Tras una serie de paredes, el lanzamiento de Koller se fue fuera junto al poste por muy poco, al igual que le sucedió a Baros poco después.
Grecia también estuvo cerca de marcar, pero finalmente el partido llegó a una prórroga, que comenzó con varios sobresaltos para Cech, ya que Giannakopoulos, por dos veces, Charisteas y hasta el central Dellas tuvieron ocasiones de batirle. El equipo de Rehhagel parecía más entero en el tiempo suplementario y lo demostró.
Tanto lo intentaron los griegos que, al final, un certero cabezazo del central del Roma, Trainaos Dellas en el último minuto de la primera prórroga se convirtió en el gol de plata del partido y consumó la sorpresa al clasificar a Grecia a una final que nadie esperaba.
Grecia loca de felicidad por la victoria y la clasificación
De "delirio nacional" califican los comentaristas griegos de la televisión y de la radio la alegría que ha ocasionado la victoria de ayer del equipo nacional de futbol griego que ganó a la República Checa por 1-0.
Todos los griegos han salido a las calles de las ciudades, grandes y pequeñas, para celebrar con frenesí la victoria que les ha llevado a la final de la Eurocopa 2004 el próximo domingo contra Portugal.
Millones de griegos han salido a las calles en vehículos, motos y a pie, celebrando con fuegos artificiales, banderas y cornetas la victoria griega, mientras que la policía ha cerrado el acceso a las plazas centrales de Atenas para que la gente se acerque sólo a pie.
Desde temprano, griegos y habitantes del país se habían agolpado a las cafeterías y terrazas para ver el partido, con la incertidumbre hasta el último minuto de la primera prolongación del partido, en que Trainos Dellas metió el único gol contra los checos en el Estadio Tracao de Porto.
El primer ministro griego, Costas Caramanlis, declaró que se trata de una victoria del equipo nacional de todos los griegos y el líder de la oposición socialista, Yorgos Papandreu dijo que "una vez más nuestro equipo nos ofrece victorias".
Ambos políticos declararon que viajarán el próximo domingo a Portugal para presenciar personalmente el partido final contra los portugueses.
Es la primera vez que un equipo griego alcanza una final de la Eurocopa de futbol y hay que recordar que la competición se inició con el partido entre los griegos y portugueses y este domingo cerrará con los mismos equipos.
Según la televisión griega, unos 10,000 griegos se encontraban ayer en el estadio portugués para apoyar a su equipo y se espera que viajen muchos más a Portugal este domingo.
Los jugadores se dejaron la piel
El alemán Otto Rehhagel, seleccionador de Grecia, se mostró feliz por la victoria de su equipo ante la República Checa y orgulloso de sus jugadores porque, "se dejaron la piel".
"Llevo tres años con este equipo y hemos ido paso a paso hasta llegar aquí. Esta tarde me reuní con mis jugadores para hablar de la dificultad de este partido, tomamos varias decisiones, una fue la de jugar dejándonos la piel, con los sentimientos. En la prórroga mis jugadores han jugado con la misma pasión", afirmó Rehhagel.
El técnico explicó ayer después de brindar con ellos por la victoria. "Hoy celebraremos el pase a la final, pero mañana nos concentraremos en Portugal".
"Llegar a una final de la Eurocopa es muy importante, pero no lo más importante que me ha ocurrido", dijo el seleccionador, que consideró que, "todos los jugadores son importantes, incluso los que no han contribuido a un mejor ambiente".
Para Rehhagel, "los checos son muy buenos, pero no siempre gana el mejor". Respecto al partido final, que será arbitrado por el alemán Marcus Merk, el técnico alemán no quiso considerar si eso les podría beneficiar y se limitó a decir que siempre respeta las reglas. "Me alegro de que sea él quien pite, es un gran colegiado y espero que haga un buen trabajo".
Rehhagel dijo que su trabajo y su obligación es que sus jugadores estén concentrados y que jueguen lo mejor posible la final "para ganar".
Confían en repetir
Tsartas, que fue el encargado de sacar el corner que dio lugar a que Dallas lograra el gol de plata que ha llevado a Grecia a la final de la Eurocopa, afirmó tras el partido que a Portugal "ya les hemos ganado una vez y vamos a intentarlo de nuevo".
"Ahora ya no hay favoritos, pues Portugal y Grecia saltarán al campo con toda la fuerza que tenemos dentro para tratar de hacernos con el triunfo", afirmó el jugador del AEK de Atenas.
El jugador indicó que "ahora ya sólo queda un partido para alcanzar lo máximo y ya que hemos llegado hasta aquí vamos a tratar de dar un paso más. En cualquier caso esta noche lo que tenemos que hacer es disfrutar de la victoria inolvidable".
Sobre la final, el veterano jugador griego indicó que el hecho de que Portugal juegue en casa puede ser "una ventaja para ellos, pero nosotros estamos muy motivados y, además, tenemos una afición fantástica que nos va a apoyar hasta el final".