Un Boeing 707 del Ejército español partió del aeropuerto de Gando, Con destino a Abiyán, para repatriar a los españoles que quieran dejar Costa de Marfil.
Dakar, (EFE).- El Gobierno francés, asistido por la ONU, ha comenzado la evacuación en Abiyán, la capital financiera de Costa de Marfil, de todos los ciudadanos galos y de otras nacionalidades que voluntariamente deseen abandonar el país tras el estallido de la crisis desatada el miércoles pasado.
Según las emisoras internacionales captadas en Dakar, el aeropuerto internacional Felix Hufue Buañi, cerrado por las tropas francesas el pasado sábado, ha sido a este fin reabierto al tráfico bajo fuertes medidas de seguridad.
De los casi 15 mil residentes galos, los responsables de la evacuación calculan que abordarán los aviones fletados por el Gobierno francés entre 4 y 8 mil personas, además de un número no determinado, aunque menor, de otras nacionalidades.
"Con lágrimas de sangre me voy de Costa de Marfil donde cuento con muchísimos amigos", confesó a varios periodistas una médica francesa, quien se lamentó del caos en el que se encuentra inmerso el país, hasta hace pocos años un ejemplo de prosperidad y estabilidad política en esa región de Africa.
"He vivido aquí toda mi vida, donde me hubiera gustado terminar mis años de ejercicio", dijo la pediatra, quien afirmó la imposibilidad de seguir viviendo en un lugar donde se ha "instalado el odio".
Un avión Boeing 707 del Ejército español con capacidad para 160 pasajeros abandonó esta mañana el aeropuerto de Gando, en Gran Canaria, con destino a Abiyán, para repatriar a los españoles que también y de forma voluntaria quieran abandonar Costa de Marfil.
La llegada del transporte aéreo español es esperada en Abiyán sobre las 14 GMT.
En ese país y según fuentes diplomática, residen unos 210 españoles, aunque muchos de ellos se encuentran en zonas aisladas en el norte, prácticamente incomunicadas desde los ataques la pasada semana de aviones gubernamentales contra posiciones de los ex-rebeldes en los territorios que controlan.
Algunas organizaciones humanitarias no gubernamentales han anunciado su decisión de suspender sus actividades y abandonar Costa de Marfil por razones de seguridad.
Mientras, la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de los Estados de Africa del Oeste (CEDEAO) trabajan activamente para encontrar una solución política a la crisis marfileña, la que amenaza con desestabilizar a los países vecinos y la posibilidad de regionalizar el conflicto armado.
En su papel de mediador, el Gobierno de Sudáfrica quiere traer a Pretoria a las partes involucradas.
El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, quien ayer viajó a Costa de Marfil, recibió un mandato de la UA y la CEDEAO para buscar una salida negociada al conflicto, que estalló el pasado jueves cuando el presidente marfileño, Laurent Gbagbo, rompió el alto el fuego que mantenía desde hace un año con el grupo ex rebelde Fuerzas Nuevas.
La crisis se agudizó el sábado cuando la aviación de Gbagbo atacó un puesto de las tropas francesas de paz, a las que causó nueve muertos, y Francia replicó con la destrucción de varias aeronaves marfileñas y la inhabilitación de la Fuerza Aérea.
El alto el fuego que regía en Costa de Marfil era vigilado por 4.000 soldados franceses de la operación "Licorne" y 6.000 "cascos azules" de la ONU.
Las tropas de Francia también tenían la misión de proteger a sus conciudadanos que viven en el país, el primer productor mundial de cacao y que fue una colonia francesa hasta 1960.
Esa misión adquirió mayor importancia a raíz de las manifestaciones anti-francesas que se registraron en Abiyán después de que fuera destruida la capacidad aérea de Costa de Marfil.
Las protestas, protagonizadas por seguidores extremistas de Gabgo, los "Jóvenes Patriotas", incluyeron el incendio de establecimientos franceses y el saqueo de viviendas.
Según un portavoz del Gobierno marfileño unas cincuenta personas han muerto y más de 600 han resultados heridas en Abiyán por disparos de los soldados franceses en los últimos días.
